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Mauricio Diaz
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La viceministra de Autonomías, Andrea Barrientos, afirmó que Bolivia necesita avanzar hacia autonomías asimétricas y regionalizadas, capaces de responder a las distintas realidades económicas, sociales y territoriales del país.
La funcionaria explicó que la Constitución Política del Estado (CPE) permite distintos niveles de autonomía y que el reto actual es implementar esa flexibilidad en la práctica. “No todas las autonomías pueden ni deben avanzar al mismo ritmo”, sostuvo en entrevista con La Razó.
Asimismo, remarcó que la asimetría propuesta «no significa desigualdad», sino adecuación del modelo a las capacidades reales de cada territorio.
La autoridad indicó que las autonomías regionalizadas permitirían, además, una mejor articulación entre municipios con dinámicas productivas y sociales similares, optimizando recursos y planificación. Añadió que este enfoque ayudaría a superar la fragmentación administrativa y fortalecer la gestión pública local.
Según la viceministra, avanzar hacia autonomías diferenciadas requiere voluntad política, fortalecimiento institucional y un nuevo pacto fiscal. Afirmó que sin recursos y competencias claras, cualquier modelo autonómico queda reducido al plano discursivo.
Barrientos afirmó que consolidar autonomías asimétricas es una condición previa para profundizar la descentralización y mejorar la relación entre el Estado central y los gobiernos subnacionales. Sin ese paso —advirtió— el debate sobre cambios estructurales del Estado seguirá alejado de la realidad territorial del país.
Las autonomías regionales y municipales son parte del debate político. Autoridades subnacionales exigen que el centralismo “quede atrás” porque consideran que la dependencia que genera hacia el Estado es perjudicial.
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La funcionaria explicó que la Constitución Política del Estado (CPE) permite distintos niveles de autonomía y que el reto actual es implementar esa flexibilidad en la práctica. “No todas las autonomías pueden ni deben avanzar al mismo ritmo”, sostuvo en entrevista con La Razó.
Asimismo, remarcó que la asimetría propuesta «no significa desigualdad», sino adecuación del modelo a las capacidades reales de cada territorio.
La autoridad indicó que las autonomías regionalizadas permitirían, además, una mejor articulación entre municipios con dinámicas productivas y sociales similares, optimizando recursos y planificación. Añadió que este enfoque ayudaría a superar la fragmentación administrativa y fortalecer la gestión pública local.
Según la viceministra, avanzar hacia autonomías diferenciadas requiere voluntad política, fortalecimiento institucional y un nuevo pacto fiscal. Afirmó que sin recursos y competencias claras, cualquier modelo autonómico queda reducido al plano discursivo.
Barrientos afirmó que consolidar autonomías asimétricas es una condición previa para profundizar la descentralización y mejorar la relación entre el Estado central y los gobiernos subnacionales. Sin ese paso —advirtió— el debate sobre cambios estructurales del Estado seguirá alejado de la realidad territorial del país.
Las autonomías regionales y municipales son parte del debate político. Autoridades subnacionales exigen que el centralismo “quede atrás” porque consideran que la dependencia que genera hacia el Estado es perjudicial.
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