M
Michelle Charpentier B.
Guest
¿Qué pasa con los disfraces en niños durante los festivos?
Los disfraces en niños son una tradición común en escuelas, familias y actividades comunitarias durante las temporadas festivas. Muchos pequeños disfrutan al elegir un personaje y participar en presentaciones; sin embargo, otros pueden sentirse incómodos, tímidos o simplemente no tener interés en vestirse ni salir en un show. Así como sucede con los adultos, a algunos les encanta disfrazarse y a otros no, y ambos casos son completamente válidos.
Comprender estas diferencias es básico para garantizar que las celebraciones sean experiencias positivas y respetuosas para todos los niños.
¿Por qué algunos niños no quieren usar disfraces?
Las razones pueden ser variadas: incomodidad con la textura o el ajuste del disfraz, miedo a ser observados, sensibilidad sensorial, agotamiento emocional o simplemente una preferencia personal. Respetar estas emociones no solo reduce el estrés, sino que también envía un mensaje poderoso: su voz o elección importa.
¿Está bien no obligar a los niños a participar en shows?
Sí, y es indispensable. Forzar a un niño a participar en un show solamente porque “todos lo harán” puede generar ansiedad, rechazo o inseguridad. También puede afectar su autoestima, pues aprende que su voluntad es ignorada frente a las expectativas de los adultos.
Respetar la decisión de un niño de no participar en un show o no usar un disfraz promueve autonomía, confianza y seguridad emocional. En lugar de presionar, podemos ofrecer alternativas: observar la presentación, colaborar detrás del escenario, elegir un accesorio sencillo o participar en otra actividad, los padres y madres pueden ser parte del show, pueden elegir el espacio que más cómodos les hace sentir, incluso buscar otras opciones que generen recuerdos, comunidad, calma, alegría, propósito e intensión.
¿Cómo equilibrar tradición y respeto hacia los niños?
Para lograrlo, se recomienda:
- Escuchar sus preferencias sin minimizar lo que sienten.
- Explicar la actividad y permitir que el niño diga si quiere o no quiere participar.
- Evitar comparaciones con otros niños o frases como “solo será un momentito”.
- Crear un ambiente seguro, donde expresar un “no” sea aceptado.
La temporada de disfraces puede ser una oportunidad maravillosa para crear recuerdos, siempre que respetemos los límites y deseos de cada niño. Recordemos que las celebraciones deben ser para disfrutar, no para generar presiones. Cuando validamos sus emociones, fortalecemos su bienestar y fomentamos su autonomía.
Sigue leyendo...