Un paraíso con grietas ocultas, Galápagos alberga alta violencia contra las mujeres

  • Empezar tema Empezar tema Ana Guerrero
  • Fecha de inicio Fecha de inicio
A

Ana Guerrero

Guest
Las mujeres son violentadas en medio de la tranquilidad de un paraíso natural: Galápagos. Las agresiones no son marginales, constituyen uno de los principales problemas sociales y de derechos. Datos levantados por el Movimiento Activista de Galápagos de Mujeres en Alerta (Magma), a partir de cifras de Fiscalía y de la realidad en la provincia, refieren los alcances de la violencia de género, con un alto porcentaje de casos en el ámbito psicológico y sexual.

Más noticias​

Violencia contra las mujeres en Galápagos​


María Casafont, del Colectivo Magma, remarca que es una realidad de la que se prefiere no hablar y se requieren respuestas urgentes por parte del Estado.

Una de esas medidas apunta a incrementar los recursos para la prevención y atención, incluidos los servicios de justicia especializada. Galápagos cuenta con dos fiscalías multicompetentes: en Santa Cruz y en San Cristóbal.

Lee también: Nina Gualinga comparte en ‘Esperanza’ su historia y búsqueda de justicia

Geraldina Guerra, de la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo Alternativo (Aldea), habla del ocultamiento de la violencia. Ella menciona que, como ocurre en otras zonas turísticas de Ecuador, hay un fenómeno: no se quiere hablar del tema. “No ocurre nada, son islas mágicas”. Y poca gente denuncia. De ahí que destaca el trabajo de organizaciones de la sociedad, como Magma.

Galápagos se encuentra en la región Insular, a 1 000 kilómetros de la costa del Ecuador continental. Tiene
una superficie de 8 010 Km2. Está constituida por tres cantones: San Cristóbal, Isabela y Santa Cruz.

¿Y los femicidios en Galápagos?​


En los datos del portal de la Fiscalía, no se registran femicidios en 2025 ni en 2024. Aunque, las activistas también remarcan, justamente, la falta de denuncias.

En 2020, se refleja un caso. Jennifer Haz fue víctima en mayo de ese año, en Santa Cruz. Ella fue asesinada por su expareja. El término femicidio, delito tipificado en Ecuador en 2014, no era parte del imaginario de las islas. Pero, cobró sentido cuando el caso salió a la luz.


Eduardo Duque, como trascendió, asesinó a Jennifer en el terreno baldío de un centro educativo, con 30 puñaladas. El 11 de mayo de 2020, un vecino encontró el cuerpo y notificó a la Policía. Llamaron a su madre, quien buscó justicia.

En Ecuador, según Aldea, 349 femicidios han ocurrido en Ecuador entre el 1 de enero y el 15 de noviembre de 2025. Es el número más alto nunca registrado, con una mujer o niña asesinada cada 22 horas.

Magma, justamente, se consolidó tras el caso. Aunque, los primeros pasos empezaron en 2019, incluso, con la experiencia de una de integrantes.

La violencia contra las mujeres en Galápagos no es reciente​


Ya en 2020, el informe técnico para la ‘Prevención de las Violencias en las islas Galápagos‘,
presentado por la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y el Consejo de Gobierno de Régimen Especial de Galápagos, reflejó que 1 de cada 3 mujeres era violentada en las islas.

Entre enero y noviembre de 2023, el ECU 911 registró 212 llamadas de emergencia por violencia contra mujeres, un caso cada dos días.

Según los resultados del diagnóstico provincial 2021-2025, el 55,7 % de las mujeres mayores de 15 años
han sufrido algún tipo de violencia en su vida y el 33,8 %, por parte de su pareja.

Violencia sexual en el archipiélago​


Del mismo modo, a tres años de la implementación del Plan Provincial de Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres de Galápagos (2021–2025), se identificó que, en ese lapso, se judicializaron 700 procesos relacionados con el tema. Se destaca un aumento en casos de violencia sexual y una mayor disposición a denunciar.

En el informe se incluye que el sistema de salud notificó 392 casos a Fiscalía entre 2023 y 2025,
incluyendo cuatro partos en niñas menores de 14 años, evidenciando violencia sexual infantil. A ello se suman 92 partos en adolescentes de 15 a 19 años.

Los Servicios de Protección Integral (SPI) atendieron 6 878 casos entre 2021 y julio de 2025, de los cuales el 84,7 % correspondió a mujeres, ratificando una demanda creciente de atención especializada.

Relaciones familiares y la violencia de género​


La Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y la Violencia de Género contra las Mujeres (2019) y de Femicidio Galápagos se enfocó en una muestra de personas de 20 848 viviendas, siendo la población objetivo mujeres de 15 años en adelante.

En ese grupo se identificó que la violencia contra las mujeres se daba principalmente en el ámbito de pareja. Luego, se presentó en el espacio social, laboral, familiar y educativo.

En la provincia de Galápagos, la violencia sexual, al menos en los resultados del levantamiento, se dio principalmente en el ámbito social, lo que se relaciona con prácticas violentas de acoso que vulneran a las mujeres.

Alertas al ECU 911 en Galápagos​


El Servicio Integrado de Seguridad ECU 911 recibe llamadas de violencia intrafamiliar y gestiona la atención, dependiendo de cada caso. De acuerdo con la clasificación operacional, estos reportes se registran como Clave Roja, dado que representan un riesgo inminente para la vida.

Desde la entidad, la categorización activa un protocolo de prioridad que moviliza a las unidades policiales, médicas y de auxilio más cercanas al sitio del incidente.

Entre el 1 de enero y el 10 de diciembre de 2025, en Galápagos, se registraron 198 alertas. En 2024 y 2023, con años completos, son: 371 y 238, respectivamente.

Puerto Ayora es el lugar con más recurrencia. Las noches y las madrugadas son las horas más críticas, en especial, en domingo.

¿Cuáles son las acciones urgentes?​


María Casafont, por su parte, describe los factores de riesgo que rodean a las mujeres en las Galápagos: normalización de la violencia, así como un sistema que no responde. Ella remarca, además, la necesidad de servidores judiciales especializados.

Ella puntualiza que en Galápagos falta dar un paso estructural: que el régimen especial, históricamente pensado para cuidar ecosistemas únicos, se amplíe también para proteger a la comunidad que los habita.

La activista agrega: “Hoy, la respuesta pública frente a la violencia de género es fragmentada y lenta; la insularidad vuelve cada demora más peligrosa. Persisten brechas en Judicatura, Fiscalía, salud, educación, desarrollo humano y derechos, falta de equipos especializados, escasa coordinación entre islas y ausencia de un sistema provincial que funcione como tal”.

Entre lo que sí se está haciendo, a pesar de esas limitaciones, está el diagnóstico participativo y el Plan Provincial 2026–2030, que visibilizaron patrones de violencia antes dispersos y propusieron una arquitectura de gobernanza territorial: responsabilidades, indicadores, presupuesto estimado y 44 acciones a corto, mediano y largo plazo.

Propuestas y riesgo vigentes​


La propuesta central es la creación de una Unidad Técnica de Igualdad e Inclusión Social que coordine, articule y garantice continuidad. En paralelo, instituciones locales, organizaciones comunitarias y colectivos de mujeres ya están impulsando procesos de sensibilización, formación, acompañamiento y mejora de rutas de atención.

Casafont da cuenta de que la mayor amenaza sigue siendo la normalización de la violencia en un territorio pequeño, donde el aislamiento, la presión social y la limitada presencia de servicios especializados generan impunidad cotidiana.

A eso se suma un riesgo mayor: “Que la insularidad, pensada para proteger la biodiversidad, no se traduzca todavía en un sistema capaz de proteger a las mujeres y a las niñas con la misma urgencia”.

Una realidad que persiste​


Geraldina Guerra, quien ha sido parte de la recopilación de casos de violencia a escala nacional, hace referencia a una realidad: en Ecuador, 6 de cada 10 mujeres han sido víctimas de violencia.


Y si se toma en cuenta que en el país, la población femenina representa un 52%, “estamos en un país altamente violento”, dice Guerra. En el caso de Galápagos, altamente turístico, se “esconde la violencia“, con la justificación de “no desprestigiar al sitio”.

No obstante, es al contrario, menciona la activista, mientras más acciones haya para un espacio libre de violencia, mayor será la concurrencia: personal especializado, prevención y justicia.

La USFQ, por ejemplo, impulsa propuestas como concurso de cortometrajes ‘Vivir sin Miedo‘, que utiliza el arte y la educación como herramientas para la sensibilización. El objetivo es promover que los estudiantes analicen y representen creativamente las diversas formas de violencia de género presentes en las relaciones de pareja.



Sigue leyendo...
 
Atras
Superior