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Reinaldo Páez Z.
Guest
Nacer, crecer, morir, es el orden inexorable al que estamos sometidos los seres vivos. Los atributos y rasgos, que los humanos imprimen ese lapso vital, son singulares y distintos, unos individuos lo hacen de manera indiferente y desapercibida, otros con estigmas de vergüenza e indignidad y pocos, excepcionales, con una estela imborrable y ejemplar de honestidad e inteligencia. El mundo y el país lucen engalanados cuando un ser extraordinario ha dejado una huella indeleble y un legado de respeto, tolerancia, capacidad y democracia. La muerte, en esos casos extraordinarios, se convierte en el acceso directo a la inmortalidad.
El doctor Rodrigo Borja Cevallos, un ser multifacético que se exigió pureza y cabal cumplimento de cada una de las actividades que emprendía, laboró en el campo, fue inquieto deportista, futbolista, basquetbolista, voleibolista, boxeador, participante en competencias automovilísticas. Gran lector, prolífico escritor, profesor universitario, cultor exquisito del castellano, miembro destacado de la Academia de la Lengua; elaboró, durante 20 años, como único autor, La Enciclopedia de la Política, preciada obra de gran difusión nacional e internacional. Recorrió carreteras y caminos vecinales para difundir, de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, la Justicia Social con Libertad; fundó el que fue mayoritario partido político, la Izquierda Democrática, una verdadera Institución organizada, formadora y doctrinaria. Junto a un selecto grupo de jóvenes entusiastas y soñadores pintaron en muros y paredes los símbolos del nuevo partido y lanzaron al aire las notas musicales que lo particularizaron. Al tercer intento alcanzó la presidencia de la república, a la que honró y dignificó.
El elevado nivel cultural del Dr. Rodrigo Borja le permitió destacar entre varios valiosos líderes que compartían el escenario político local. Su valía y bonhomía fueron reconocidas por importantes personajes internacionales con los que compartió reuniones oficiales y privadas en países de América y del mundo.
Su permanente interés por mejorar las condiciones de vida de los conglomerados sociales se plasmó en brindar desayuno y almuerzo a los estudiantes, en establecer guarderías para los hijos de madres trabajadoras y realizar, con ellas, turnos para el cuidado de los niños.
Con su ministro de Salud, doctor Plutarco Naranjo Vargas, que lo acompañó durante los 4 años de gobierno, orientó las políticas hacia la promoción y atención primaria de salud con un enfoque en saneamiento ambiental, vacunación, construcción de letrinas, dotación de agua segura, especialmente en las zonas rurales, en franco combate a las enfermedades infecciosas y parasitarias, inició la lucha contra la desnutrición infantil, mejoró las estructuras hospitalarias y creó subcentros de salud para ampliar la cobertura. Estableció la atención familiar integral y la dotación de medicamentos.
El doctor Borja, con sabiduría y correcta asesoría, solventó el primer paro indígena con diálogos constructivos que culminaron en el otorgamiento de beneficios sociales a la población rural. El aporte de su ministro de gobierno, Andrés Vallejo, fue fundamental para acordar la entrega de armas y la pacificación del grupo insurgente AVC. El corazón democrático latía con fuerza, en cada paso, acompañado de un sentimiento solidario y bondadoso con los enfermos y necesitados.
Su cuidadosa y elegante oratoria traducía la honestidad que compartía a cualidades todos sus funcionarios y partidarios. Desde la tarima presentaba y exaltaba las cualidades de los candidatos de la ID para captar el apoyo popular y cuando lo conseguían, él monitoreaba el trabajo de los elegidos y les inyectaba responsabilidad, eficiencia y sobre todo honradez en el cumplimiento de las funciones adquiridas. Fueron diputados de su bloque, con su aprobación e impulso, los que elaboraron proyectos de ley de la Seguridad Social y del Sistema Nacional de Salud que, de haber sido aplicados oportunamente, habrían cambiado el tortuoso y debilitado sendero crítico por el que atraviesan las instituciones.
Rindió culto permanente a la democracia, en claro contraste con el gobierno autoritario de Febres Cordero Febres, que lo precedió. Impulsó una gran campaña de alfabetización, a la que denominó Arzobispo Leonidas Proaño y el analfabetismo bajó del 12% al 6%.
El periodista Gonzalo Ortiz, menciona que el Dr. Borja “concluyó el proyecto hidroeléctrico Paute, en el que se instalaron la mitad de todas las turbinas. Dio gran impulso a la electrificación rural”
Su esposa, compañera, consejera y amiga solidaria doña Carmen Calisto de Borja constituyó el valioso soporte de este personaje inigualable, patriota, intelectual y ejemplo de rectitud y honradez. Rodrigo Borja Cevallos enriquece la historia nacional por su grandeza. ¡Gracias Rodrigo!
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El doctor Rodrigo Borja Cevallos, un ser multifacético que se exigió pureza y cabal cumplimento de cada una de las actividades que emprendía, laboró en el campo, fue inquieto deportista, futbolista, basquetbolista, voleibolista, boxeador, participante en competencias automovilísticas. Gran lector, prolífico escritor, profesor universitario, cultor exquisito del castellano, miembro destacado de la Academia de la Lengua; elaboró, durante 20 años, como único autor, La Enciclopedia de la Política, preciada obra de gran difusión nacional e internacional. Recorrió carreteras y caminos vecinales para difundir, de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, la Justicia Social con Libertad; fundó el que fue mayoritario partido político, la Izquierda Democrática, una verdadera Institución organizada, formadora y doctrinaria. Junto a un selecto grupo de jóvenes entusiastas y soñadores pintaron en muros y paredes los símbolos del nuevo partido y lanzaron al aire las notas musicales que lo particularizaron. Al tercer intento alcanzó la presidencia de la república, a la que honró y dignificó.
El elevado nivel cultural del Dr. Rodrigo Borja le permitió destacar entre varios valiosos líderes que compartían el escenario político local. Su valía y bonhomía fueron reconocidas por importantes personajes internacionales con los que compartió reuniones oficiales y privadas en países de América y del mundo.
Su permanente interés por mejorar las condiciones de vida de los conglomerados sociales se plasmó en brindar desayuno y almuerzo a los estudiantes, en establecer guarderías para los hijos de madres trabajadoras y realizar, con ellas, turnos para el cuidado de los niños.
Con su ministro de Salud, doctor Plutarco Naranjo Vargas, que lo acompañó durante los 4 años de gobierno, orientó las políticas hacia la promoción y atención primaria de salud con un enfoque en saneamiento ambiental, vacunación, construcción de letrinas, dotación de agua segura, especialmente en las zonas rurales, en franco combate a las enfermedades infecciosas y parasitarias, inició la lucha contra la desnutrición infantil, mejoró las estructuras hospitalarias y creó subcentros de salud para ampliar la cobertura. Estableció la atención familiar integral y la dotación de medicamentos.
El doctor Borja, con sabiduría y correcta asesoría, solventó el primer paro indígena con diálogos constructivos que culminaron en el otorgamiento de beneficios sociales a la población rural. El aporte de su ministro de gobierno, Andrés Vallejo, fue fundamental para acordar la entrega de armas y la pacificación del grupo insurgente AVC. El corazón democrático latía con fuerza, en cada paso, acompañado de un sentimiento solidario y bondadoso con los enfermos y necesitados.
Su cuidadosa y elegante oratoria traducía la honestidad que compartía a cualidades todos sus funcionarios y partidarios. Desde la tarima presentaba y exaltaba las cualidades de los candidatos de la ID para captar el apoyo popular y cuando lo conseguían, él monitoreaba el trabajo de los elegidos y les inyectaba responsabilidad, eficiencia y sobre todo honradez en el cumplimiento de las funciones adquiridas. Fueron diputados de su bloque, con su aprobación e impulso, los que elaboraron proyectos de ley de la Seguridad Social y del Sistema Nacional de Salud que, de haber sido aplicados oportunamente, habrían cambiado el tortuoso y debilitado sendero crítico por el que atraviesan las instituciones.
Rindió culto permanente a la democracia, en claro contraste con el gobierno autoritario de Febres Cordero Febres, que lo precedió. Impulsó una gran campaña de alfabetización, a la que denominó Arzobispo Leonidas Proaño y el analfabetismo bajó del 12% al 6%.
El periodista Gonzalo Ortiz, menciona que el Dr. Borja “concluyó el proyecto hidroeléctrico Paute, en el que se instalaron la mitad de todas las turbinas. Dio gran impulso a la electrificación rural”
Su esposa, compañera, consejera y amiga solidaria doña Carmen Calisto de Borja constituyó el valioso soporte de este personaje inigualable, patriota, intelectual y ejemplo de rectitud y honradez. Rodrigo Borja Cevallos enriquece la historia nacional por su grandeza. ¡Gracias Rodrigo!
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