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Mario Bermúdez Vives
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A pesar de tratarse de dos proyectos de ley que el mismo Poder Ejecutivo había convocado previamente, el mismo Poder Ejecutivo evitó su aprobación esta tarde, al desconvocar alrededor de 50 proyectos de la agenda y dinamitar la última sesión del Plenario en el 2025.
Aunque existía un acuerdo para que la tarde de este jueves se votara en segundo debate los expedientes 24.816, aprobación del Tratado de asistencia judicial entre Costa Rica y Uruguay, y el 24.857, aprobación del Tratado entre Costa Rica y El Salvador para el cumplimiento de condenas penales en el extranjero, los diputados se enteraron durante la sesión del Plenario que el Poder Ejecutivo había desconvocado estos proyectos de la agenda legislativa.
Durante el período de sesiones extraordinarias, el Poder Ejecutivo puede convocar y retirar de la agenda legislativa los proyectos de ley, pero en este caso hubo fuertes reclamos de los diputados de oposición por cuanto ya existía un acuerdo, mediante una moción que incluso había firmado la jefa del oficialismo, la diputada Pilar Cisneros.
Al quedarse sin agenda, los jefes de fracción procuraron un acuerdo de emergencia con los nuevos proyectos, pero posteriormente, alegaron que Zapote vetó también este acuerdo.
«Esto es lamentable, teníamos un acuerdo, que incluía la firma del oficialismo, pero en una actitud altanera, retiran los proyectos de ley. Y luego de lograr otro acuerdo de consenso, el oficialismo no quiere poner los votos», se lamentó Alejandro Pacheco, jefe de fracción del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).
En una línea similar se manifestó Óscar Izquierdo, jefe de fracción del Partido Liberación Nacional (PLN), quien calificó la situación de «irresponsabilidad absoluta», mostrando en repetidas ocasiones la moción que contenía la firma de las autoridades oficialistas, que luego quedó sin sentido ante el retiro de proyectos de Zapote.
Por su parte, Eliécer Feinzaig, del Partido Liberal Progresista (PLP) calificó la situación de «charlatanería» de parte del Gobierno. «Costa Rica no necesita cuatro años más de esta charanga malévola, tener una manga de charlatanes diciendo que los demás no hacen, cuando son ellos los que no hacen nada», manifestó.
Por su parte Rocío Alfaro, jefa de fracción del Frente Amplio (FA) también alertó que en la nueva convocatoria «venían solo proyectos de las personas que votaron en contra de levantar la inmunidad al presidente Rodrigo Chaves, vean que curioso», expresó.
La réplica del oficialismo no estuvo exenta de polémica: la presidenta legislativa en funciones Vanessa Castro había indicado que se limitaría el uso de la palabra en este tema para votar una moción del único proyecto que quedaba en la agenda, el 23.871, reformas contra la trata de personas y creación de coalición contra el tráfico ilícito de migrantes, lo que provocó un fuerte reclamo de Cisneros: «¡No puede dejar al oficialismo sin hablar!», exclamó. Y aunque posteriormente le dio la palabra a Cisneros, también registró en el acta que la diputada jefa del oficialismo había indicado que «en esta vida todo se paga».
Esto provocó que cuando habló Cisneros, la acusara de tener un «oído biónico» para escuchar lo que se decía en el lado del oficialismo, pero no oír cuando desde el lado de la oposición se insultaba al oficialismo. Y en su descargo, no hizo mención a las razones del cambio en la convocatoria, aunque insistió en que había proyectos que debían avanzar.
La respuesta de la oposición fue acusar al Ejecutivo de querer imponer «a la brava» una agenda de proyectos sin consensuar. Ante ello, el oficialista Daniel Vargas alegó que «estamos en el período extraordinario, y aquí manda el Poder Ejecutivo, les guste o no les guste», lo que a su vez generó la réplica de Monserrat Ruiz, del PLN, en el sentido de que aunque el Ejecutivo podía convocar la agenda, eso no le eximía de tener una actitud responsable y buscar negociar, como corresponde en un sistema democrático.
Al final de la jornada, únicamente se aprobó una moción para modificar el proyecto 23.871, por lo que se suspendió su debate para realizar consultas. Con ello, la última sesión del Plenario en el 2025 prácticamente se fue en blanco, en medio de reclamos y protestas: los diputados salen al receso de fin de año, y regresarán hasta el 12 de enero del 2026.
De esta manera, solo quedarán tres semanas del último periodo de sesiones extraordinarias, en las que el Poder Ejecutivo ha pasado con pena y sin gloria, habiendo abandonado incluso su proyecto estrella de este 2025, las jornadas laborales de doce horas, para las que negoció una vía rápida, que finalmente Zapote dejó en la cuneta.
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