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Giovanna Alvear
Guest
Las organizaciones del pueblo Kichwa de Imbabura, articuladas en Chijallta Fici y Unorcac, expresan su rechazo a la Sesión del Pleno de la Asamblea Nacional convocada para el viernes 28 de noviembre de 2025 en la ciudad de Ibarra, en la provincia de Imbabura. Aseguran que esta decisión representa un agravio directo hacia sus pueblos y comunidades. También la consideran una falta de respeto y una burla que desconoce su realidad y su memoria reciente.
Las organizaciones recuerdan que, durante el Paro Nacional de 2025, Imbabura vivió hechos de extrema violencia. Afirman que la represión ordenada por el presidente Daniel Noboa dejó heridos, mutilados, torturados, perseguidos y asesinados. Señalan que la Asamblea Nacional no reaccionó ante estos hechos y que guardó silencio. No exigió investigaciones, no pidió responsabilidades, no escuchó a las víctimas y, en su lugar, aplaudió la política de bonos asistencialistas del Gobierno. Por esto sostienen que quienes callaron ante ese derramamiento de sangre indígena y popular no tienen ahora autoridad moral para llegar a su territorio.
Las organizaciones agregan que la Asamblea tampoco ha respondido a los problemas más urgentes que enfrentan las comunidades de Imbabura. Mencionan la alarmante desnutrición infantil que golpea a los hogares de la provincia. Denuncian la explotación laboral y los abusos sistemáticos que la agroindustria comete contra miles de trabajadores y trabajadoras. También recuerdan las carencias históricas que afectan a las unidades educativas rurales y a las urbanas populares, que aún carecen de infraestructura adecuada, docentes suficientes y equipamiento básico.
Sostienen que la presencia de la Asamblea en Ibarra no representa un acto de compromiso con la provincia. La califican como una estrategia de marketing político y un derroche de recursos públicos. Afirman que, mientras ocurre esto, los asambleístas continúan legislando para los intereses del gran capital y no para las necesidades reales de los pueblos de Imbabura.
Chijallta Fici y Unorcac reafirman su decisión de mantener su lucha. Explican que avanzarán con resistencia, unidad y dignidad. Indican que seguirán este camino hasta conquistar mejores días para sus comunidades. También afirman que defenderán el bienestar de sus hijas, hijos y de toda la provincia de Imbabura, porque consideran que esta responsabilidad guía su acción colectiva y su compromiso permanente.
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Las organizaciones recuerdan que, durante el Paro Nacional de 2025, Imbabura vivió hechos de extrema violencia. Afirman que la represión ordenada por el presidente Daniel Noboa dejó heridos, mutilados, torturados, perseguidos y asesinados. Señalan que la Asamblea Nacional no reaccionó ante estos hechos y que guardó silencio. No exigió investigaciones, no pidió responsabilidades, no escuchó a las víctimas y, en su lugar, aplaudió la política de bonos asistencialistas del Gobierno. Por esto sostienen que quienes callaron ante ese derramamiento de sangre indígena y popular no tienen ahora autoridad moral para llegar a su territorio.
Falta de respuesta a los problemas de la provincia
Las organizaciones agregan que la Asamblea tampoco ha respondido a los problemas más urgentes que enfrentan las comunidades de Imbabura. Mencionan la alarmante desnutrición infantil que golpea a los hogares de la provincia. Denuncian la explotación laboral y los abusos sistemáticos que la agroindustria comete contra miles de trabajadores y trabajadoras. También recuerdan las carencias históricas que afectan a las unidades educativas rurales y a las urbanas populares, que aún carecen de infraestructura adecuada, docentes suficientes y equipamiento básico.
Sostienen que la presencia de la Asamblea en Ibarra no representa un acto de compromiso con la provincia. La califican como una estrategia de marketing político y un derroche de recursos públicos. Afirman que, mientras ocurre esto, los asambleístas continúan legislando para los intereses del gran capital y no para las necesidades reales de los pueblos de Imbabura.
Reafirmación de la lucha y la unidad
Chijallta Fici y Unorcac reafirman su decisión de mantener su lucha. Explican que avanzarán con resistencia, unidad y dignidad. Indican que seguirán este camino hasta conquistar mejores días para sus comunidades. También afirman que defenderán el bienestar de sus hijas, hijos y de toda la provincia de Imbabura, porque consideran que esta responsabilidad guía su acción colectiva y su compromiso permanente.
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