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Giovanna Alvear
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El nuevo intercambiador de la avenida Mariana de Jesús empieza a operar desde este 15 de diciembre de 2025 y se convierte en una pieza clave para la movilidad de Quito. La infraestructura beneficia a más de 100 000 usuarios diarios y busca reducir los tiempos de desplazamiento entre el centro y el norte de la ciudad, en uno de los corredores con mayor carga vehicular de la capital.
La obra forma parte del plan municipal de 3 001 obras y reorganiza de manera integral el flujo vehicular en el sector. Además, refuerza la seguridad de peatones y usuarios del transporte público. El intercambiador se proyecta como un nuevo referente del desarrollo urbano, al priorizar una movilidad más eficiente, segura y sostenible para los habitantes de Quito.
El proyecto se ejecutó en un plazo de 270 días, contados desde el 15 de marzo, y cumplió con el cronograma previsto. La intervención incluyó la construcción de un nuevo paso deprimido que permite una conexión directa y más ágil con la avenida Mariscal Sucre, uno de los principales ejes viales de la ciudad.
La obra también contempló la rehabilitación integral de cerca de dos kilómetros de la estructura vial. Los trabajos abarcaron los carriles en sentido sur–norte, el paso lateral junto a la Universidad UTE, los giros de retorno tanto al norte como al sur y la conexión con la calle Juan de Acevedo. Todas estas vías cuentan ahora con una nueva estructura asfáltica, señalización horizontal y vertical renovada e iluminación LED.
El proyecto incorporó bahías seguras para el ascenso y descenso de pasajeros del transporte público, así como nuevos pasos y camineras peatonales. A estos elementos se suman áreas verdes y jardineras que mejoran el entorno urbano y evidencian la integración entre infraestructura vial y paisajismo.
Durante los 270 días de construcción, la administración municipal mantuvo operativa la movilidad en el sector. La planificación por fases permitió implementar desvíos y medidas temporales que garantizaron la circulación vehicular. Gracias a esta gestión, los ocho hitos constructivos se completaron sin cierres totales del tránsito en la zona de influencia.
El intercambiador de la avenida Mariana de Jesús marca el inicio de una transformación más amplia en el norte de Quito. La obra fortaleció la integración con los barrios altos mediante la construcción de una rampa de retorno que mantiene la conexión con la calle Juan Acevedo.
Además, el Municipio avanza en la planificación de proyectos complementarios. Entre ellos constan la prolongación de la calle Juan Pablo II para su conexión exclusiva con la avenida Mariscal Sucre, el mejoramiento del paso peatonal sobre el puente Obispo Díaz de la Madrid y la etapa preparatoria para la construcción de un nuevo puente vehicular en la calle Padre Damián. Estas intervenciones buscan consolidar una red vial más eficiente y segura para la ciudad.
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La obra forma parte del plan municipal de 3 001 obras y reorganiza de manera integral el flujo vehicular en el sector. Además, refuerza la seguridad de peatones y usuarios del transporte público. El intercambiador se proyecta como un nuevo referente del desarrollo urbano, al priorizar una movilidad más eficiente, segura y sostenible para los habitantes de Quito.
Infraestructura vial y conectividad estratégica
El proyecto se ejecutó en un plazo de 270 días, contados desde el 15 de marzo, y cumplió con el cronograma previsto. La intervención incluyó la construcción de un nuevo paso deprimido que permite una conexión directa y más ágil con la avenida Mariscal Sucre, uno de los principales ejes viales de la ciudad.
La obra también contempló la rehabilitación integral de cerca de dos kilómetros de la estructura vial. Los trabajos abarcaron los carriles en sentido sur–norte, el paso lateral junto a la Universidad UTE, los giros de retorno tanto al norte como al sur y la conexión con la calle Juan de Acevedo. Todas estas vías cuentan ahora con una nueva estructura asfáltica, señalización horizontal y vertical renovada e iluminación LED.
El proyecto incorporó bahías seguras para el ascenso y descenso de pasajeros del transporte público, así como nuevos pasos y camineras peatonales. A estos elementos se suman áreas verdes y jardineras que mejoran el entorno urbano y evidencian la integración entre infraestructura vial y paisajismo.
Ejecución por fases y obras complementarias
Durante los 270 días de construcción, la administración municipal mantuvo operativa la movilidad en el sector. La planificación por fases permitió implementar desvíos y medidas temporales que garantizaron la circulación vehicular. Gracias a esta gestión, los ocho hitos constructivos se completaron sin cierres totales del tránsito en la zona de influencia.
El intercambiador de la avenida Mariana de Jesús marca el inicio de una transformación más amplia en el norte de Quito. La obra fortaleció la integración con los barrios altos mediante la construcción de una rampa de retorno que mantiene la conexión con la calle Juan Acevedo.
Además, el Municipio avanza en la planificación de proyectos complementarios. Entre ellos constan la prolongación de la calle Juan Pablo II para su conexión exclusiva con la avenida Mariscal Sucre, el mejoramiento del paso peatonal sobre el puente Obispo Díaz de la Madrid y la etapa preparatoria para la construcción de un nuevo puente vehicular en la calle Padre Damián. Estas intervenciones buscan consolidar una red vial más eficiente y segura para la ciudad.
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