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Maria Nuñez Chacón
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La mayoría de los empresarios de la industria alimentaria catalogan el año 2025 como un período muy duro para las ventas, con un mercado interno lento y grandes desafíos por el tipo de cambio del dólar y la imposición de un 15% de aranceles por parte de Estados Unidos.
Con un moderado crecimiento del 1,2% del sector (a octubre de 2025), los industriales de alimentos dan una calificación reservada sobre el comportamiento del mercado interno, así como de factores externos que han generado incertidumbre, sobre todo porque para el mismo mes de 2024 el indicador marcaba un 3,76% de aumento.
Para Juan Ignacio Pérez, presidente de la Cámara de Industria Alimentaria (Cacia) pese a que se espera un repunte para la temporada navideña y verano 2026, la percepción es que los consumidores son mucho más racionales con sus decisiones de compra.
“La Industria Alimentaria es uno de los sectores más importantes del país, por su vinculación directa con el mercado de consumo masivo, de manera que su comportamiento es uno de los indicadores más claros de lo que sucede en la economía. Con un nivel de empleo directo superior a los 105.000 puestos de trabajo asalariados, una producción cercana al 5% del producto interno bruto (PIB) y un nivel de exportaciones superior a los $2.750 millones, se coloca como el tercero en ventas al exterior”, indicó Pérez.
Recordó que desde inicios de año la incertidumbre estuve marcada por la postura del gobierno de Estados Unidos hacia socios comerciales como México y Canadá y luego la preocupación se materializó con una imposición de aranceles que alcanza a Costa Rica y a la industria alimentaria local.
Pese a la reciente medida y a que para 2025 tuvieron un leve crecimiento de las exportaciones hacia este país, los industriales de los alimentos aseguran que ya se están recibiendo reportes de empresas exportadoras que recienten negociaciones poco favorables con sus clientes del norte, por lo que de mantenerse vigente la medida, podrían esperarse mayores impactos en sectores como panificación y galletería, salsas, atún, pastas alimenticios o productos de chocolatería para el 2026.
“Hubo tres elementos esenciales que desaniman las expectativas empresariales, las posibilidades de inversión y generación de empleo. Por ejemplo, un pequeño grupo de diputados ha impulsado iniciativas de ley en materia de etiquetado de alimentos, violatorios de acuerdos regionales de armonización de la normativa que afecta el comercio internacional y el modelo agroindustrial exportador del país”, explicó.
También aseguró que se han visto impactados por el tipo de cambio, que, desde su perspectiva, ha estado en función de cambios estructurales de la economía, lo que ratifica su tendencia a la baja, generando un serio desafío para el sector exportador.
Por último, el entorno internacional marcado por la incertidumbre arancelaria con el segundo mercado en importancia para la industria alimentaria como lo es Estados Unidos, y aunque estos dos últimos son factores externos, están convencidos de que desde el Poder Ejecutivo y Legislativo pueden desarrollar de manera directa acciones para impulsar una agenda país más competitiva.
Propuestas del sector
El presidente de Cacia indicó que como industria han propuesto acciones específicas que podrían impulsar al sector y a la economía nacional, como acelerar la eliminación de cuellos de botella regulatorios que aún se mantienen, hacer una revisión del modelo de cargas sociales para promover la formalidad.
“Se requiere impulsar una política comercial que vuelva a poner a Centroamérica y el Caribe dentro del marco de prioridades para la promoción de las exportaciones a nuestro mercado natural, defender el principio de armonización normativa aplicado por décadas en el Sistema Regional de Integración Económica, así como, continuar con la modernización tecnológica e infraestructura aduanal y de Puertos”, agregó el representante gremial.
Asimismo, consideran que es necesario hacer una reducción de costos de transacción y logística, impulsar la infraestructura vial para la movilidad del comercio y de la población, establecer tarifas competitivas internacionalmente en materia energética y modernizar el sistema eléctrico nacional.
Las soluciones también pasarían por dar en concesión de obra Puerto Caldera en 2026 e iniciar las obras de forma inmediata, mientras que se articule y modernicen los puestos fronterizos; abrir el monopolio del alcohol y avanzar con una mayor formación técnica.
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