Gobierno Mulino 2025

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Gerardo Arias

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Me tomaré el atrevimiento de evaluar, a 20 mil pies de altura, el gobierno del presidente José Raúl Mulino, el cual muy pronto cumplirá un año y medio de gestión, en febrero de 2026. Será difícil redactar con propiedad en un formato limitado a opinión. No solamente nos vamos a atribuir el atrevimiento de evaluarlo desde la perspectiva política, sino también desde una perspectiva personal e histórica, siendo ambos educados por los hermanos maristas en el Colegio San Vicente de Paul, en David, Chiriquí.

Lo cierto es que los hermanos maristas pertenecen a una congregación fundada por el beato Marcelino Champagnat, de origen francés, quien creía que la mejor forma de evangelizar era a través de la enseñanza y el cariño.

Recuerdo a JRM, mejor conocido en tierras chiricanas como Joe, como un estudiante y compañero de escuela sobresaliente. A pesar de no haber estado en la misma promoción —ya que es unos años mayor que yo— siempre fue un buen orador, capitán de la banda de guerra de la escuela, a la cual también pertenecí, cuadro de honor, presidente del club de graduandos, entre otras cosas. Lo cierto es que siempre estaba en la jugada, como dicen los panameños.

Como funcionario ocupó puestos en el gobierno de Guillermo Endara como viceministro y ministro de Relaciones Exteriores, y con su aliado político fue ministro de Seguridad, a mi parecer de forma exitosa. De manera que tiene bagaje en la administración pública para ejecutar, y lo ha probado con hechos.

Le tocó, por decisión de Ricardo Martinelli, ocupar su candidatura y logró llegar a la Presidencia de la República, habiendo sido endosado por Martinelli sin recorrer todo el país, en una corta pero intensa campaña, ni tampoco haberse presentado en los debates de candidatos presidenciales en ninguna ocasión. Esto es inédito: que los panameños hayamos escogido un presidente sin haberlo visto exponer y debatir con el resto de los candidatos cuál sería su plan de gobierno. No olvidemos que no tenemos vicepresidente; ojalá el Niño Dios le regale mucha salud y pueda cumplir con el tiempo de mandato que escogió el país.

De lo único que me recuerdo de su campaña es: Mulino es Martinelli, Martinelli es Mulino, del chen chen, que definitivamente todavía no ha llegado, y del hospital de mascotas.

Siento que dio un gran paso firme al poder desmembrar el poderoso y, a la vez, déspota sindicato de trabajadores de la construcción Suntracs, y haber puesto en cintura a los gremios de maestros y profesores que se habían autoempoderado. Ambos creían que iban a tener la cuerda larga que les dio el malogrado, derrochador e ineficiente gobierno de Laurentino Cortizo y su flamante vicepresidente, que resultó ser un bulto político y llevó al PRD al descalabro en las urnas.

La reforma a la ley de la CSS le ha dado una dosis de longevidad a la Caja, y siento que el tiempo invertido fue demasiado para obtener solamente un resultado positivo parcial, dejando a un lado temas como la edad de jubilación —que no se tocó— ni tampoco se aprobó la indexación del retiro para los más de 500,000 jubilados. Recordemos que la CSS fue creada por el Dr. Arnulfo Arias como un organismo de previsión social, y los jubilados se lo merecían.

El gobierno, de alguna manera, ha podido neutralizar las amenazas del coloso del norte y de Donald Trump, al haberse alejado del coqueteo que tenían los gobiernos con la República Popular China desde la administración de Juan Carlos Varela, quien ya no podrá llevar a sus nietos a vacacionar a Disney. Panamá ha sido llevada nuevamente al escenario internacional de una manera activa, buscando protagonismo, defensa de la democracia y alineación con nuestros vecinos del sur.

También debemos reconocer que ha retomado proyectos de infraestructura como hospitales, puentes y carreteras, muchos de los cuales fueron abandonados por gobiernos anteriores, pese a que se trataba de dinero de las arcas del Estado. Sin que estos funcionarios públicos inescrupulosos hayan sido llamados a testificar y rendir cuentas por las razones del abandono o suspensión de las obras. El resultado es que una parte de la deuda del país, que se acerca vertiginosamente a los 60 mil millones de dólares, la tendremos que pagar todos los panameños. Los gobiernos del PRD doblaron la deuda.

¿Dónde están estos políticos corruptos que han dejado endeudado a cada panameño que aún no ha nacido en $13,500? En el tema de la corrupción no se ha avanzado casi nada. Los peces gordos siguen disfrutando de esos dineros mal habidos.

Pensaba que el gobierno de Mulino sería un gobierno de derecha reformista, habiendo nombrado a algunos funcionarios como Felipe Chapman en la cartera económica, pero esto no ha sido así. Su padre resultó ser mucho más reformista ocupando ese mismo ministerio en el gobierno de Ernesto Pérez Balladares. Mulino, a veces, parece estar solo en el ring, porque los ministros de Estado que lo acompañan no parecen brillar con luz propia, y la cartera de Relaciones Exteriores bien podría llamarse Vicecancillería, más que Cancillería.

Esperábamos que un gobierno reformista, como nos inculcaron los hermanos maristas, encarara mejoras en la educación escolar y universitaria. Cero avances. En el plano económico, no se ha podido controlar ni reducir la planilla abultada en ninguna entidad gubernamental, ni reducir el tamaño del Estado eliminando o fusionando instituciones públicas.

¿Dónde quedaron las mejoras en procesos, el impulso a la eficiencia estatal, la estandarización y la tercerización de bienes y servicios que adquiere o produce el Estado? ¿O la eliminación de subsidios que no han logrado beneficios reales para la población que verdaderamente los necesita? Nada de esto se está haciendo, y no estamos hablando de obras suntuosas.

¿Dónde queda la evaluación de prioridades al invertir en gastos no necesarios, como armamento de guerra —aviones Tucano— o villas diplomáticas, cuando sabemos que la interdicción de drogas se da en las calles y en los océanos? Señor presidente, digo hermano marista:

Todavía tiene tiempo de impulsar reformas que sí pueden dejar huella en su paso por las mieles del poder del Estado. No siga la misma línea de gobiernos anteriores, centrados únicamente en obras de cemento y acero que, aunque traen beneficios como el Metro, generan empleos temporales y suelen ser impulsadas con diligencia porque resultan la forma más lucrativa y fácil de la rebusca del chen chen.

Para encarar los problemas del país, usted necesita la enseñanza del beato marista. Pero parece que la enseñanza y el cariño no los asimiló del todo en las aulas vicentinas.

El autor es es exbanquero.

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