Escuela, democracia y derechos humanos

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Fausto Segovia Baus

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Ninguna institución es tan importante como la democracia. La razón estriba en que representa el modelo o sistema de convivencia, que hace posible que el poder sea, en la práctica, de los ciudadanos y ciudadanas.

Esta aseveración es real porque la democracia en sí no ha fracasado, sino aquellos que no han sabido o no han podido aplicar sus principios y normas fundamentales. El punto es obvio: cuando se habla de Estados fallidos no se trata de sistemas democráticos fracasados, sino de liderazgos inconsistentes amparados en sistemas débiles, sin instituciones o con instituciones en estado de descomposición.

La mejora es urgente​


Con este panorama es urgente reconstruir la democracia –porque en buena parte está demolida- desde los lenguajes, conceptos y procesos hasta las instituciones con la intervención de nuevos actores, partidos políticos y comunidades de aprendizaje colaborativos.

El paso central es la nueva educación
, la inserción de la democracia no solo en los contenidos de aprendizaje, sino en los procesos de participación en las aulas, las familias y las comunidades. No puede repetirse el discurso vacío –salvo excepciones- de los llamados “Minutos Cívicos”; es importante generar prácticas cívicas permanentes, concretas, que impliquen cambios comportamentales verificables, en varios campos: los derechos humanos, la educación ciudadana y el respeto al Estado de derecho.

El clima de violencia observado en hogares y centros escolares debe ser conocido y abordado con la creación de nuevos espacios de disciplina positiva, denominados endogramas, referenciados por la cultura y los valores ético-cívicos, en las propias familias y en los ambientes escolares.
Los protocolos de detección de problemas son importantes, pero más los mecanismos de prevención. Porque la impunidad es la escuela de más violencia.

¿Qué es la democracia?​


Proviene del latín democratia y del griego demokratía. Es el gobierno popular formado por dêmos “pueblo” y krateîn “gobernar”. En términos amplios, la democracia es el sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes. También se reconoce a la democracia como una forma de organización del Estado, en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes.

Hay varios tipos de democracia: indirecta o representativa, semi directa o participativa, directa; democracia liberal, socialista, socialdemocracia, democracia en las monarquías constitucionales, entre otras.


La democracia de corte occidental inspiró modelos de Estado liberal y socialista, articulados a ideologías centradas en el capital, en el primer caso, y en el trabajo, en el segundo. Hay otros enfoques mixtos e incluso la denominada “tercera vía”, como el modelo a escala humana, cuyo eje responde a las necesidades básicas del ser humano y la calidad de vida, con criterios de sostenibilidad y sustentabilidad. La Iglesia Católica, a su turno, planteó, a través de las encíclicas, tendencias relacionadas con la paz, la justicia, el trabajo y la fraternidad.

La escuela, un espacio de aprendizaje​


Se debe subrayar la importancia del sistema educativo –junto a las familias- para la construcción de una democracia posible. Hubo un tiempo en que se consideró la educación para democracia como un eje transversal del currículo; es decir, no una asignatura o materia, sino un proceso que cubría, en especial, las cuatro macroáreas: Lengua, Matemática, Estudios Sociales y Ciencias Naturales.

La Innovación Educativa del MinEduc “tiene como misión proponer políticas para la implementación de la cultura de paz y la convivencia armónica de los actores del Sistema Nacional de Educación, con la participación activa de otras instituciones que traten esta temática. (Acuerdo 00015-A)”.

Una propuesta​


La teoría del endograma surge a inicios de la década de los años 60 como un enfoque pedagógico innovador. J.V. Wukmir introduce el término y lo relaciona con estudios psicológicos de la personalidad.

Según su creador, el endograma se fundamenta en el razonamiento crítico y la creatividad del modelo reflexivo de la pedagogía crítico-social. En la actualidad, la teoría del endograma incluye elementos de la cultura y la comunicación.

¿Qué son los endogramas? Son procesos mentales que nos permiten internalizar los conocimientos –aplicarlos-, y apropiarnos de ellos, de modo que se traduzcan en actitudes, hábitos y valores en la convivencia social; en otras palabras, en conductas inteligentes. Este enfoque reconoce que lo conocido no es vivido porque existe inmadurez (ataduras primarias), incapacidad para asumir responsabilidades y búsqueda de privilegios, influencias familiares, sociales, mediáticas y culturales; en definitiva: subdesarrollo psicológico y cultural.

La teoría del endograma permite, a través de estrategias metodológicas explícitas, incidir en la familia, mediante la socialización primaria; en la escuela, que tiene el papel de la socialización secundaria y formación integral; en la sociedad y sus matrices culturales, especialmente en las transferencias tecnológicas; y los lenguajes, esto es, lo que decimos y callamos, lo que permitimos y modelamos.

En el ámbito de la educación para la democracia, el endograma es una propuesta proactiva de humanización, de la mano de una estrategia comunicativa-educativa: la asertividad. En lo particular plantea el respeto a sí mismo y a los demás (tolerancia). Enseña a ser directo: saber decir; ser honesto, justo, tener control emocional, saber escuchar, ser positivo, saber dialogar: no imponer, negociar; utilizar lenguaje no verbal, y propugnar y aplicar la armonía en todas sus dimensiones. En otras palabras: los derechos en los hechos. ¿Es posible intentar una educación que cree endogramas?

Pensamientos útiles​

  • “La democracia debe guardarse de dos excesos: el espíritu de desigualdad, que la conduce a la aristocracia, y el espíritu de igualdad extrema, que la conduce al despotismo”. Montesquieu (1689-1755) Escritor y político francés.
  • “La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre. Con excepción de todos los demás”. Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.
  • “La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos”. George Bernard Shaw (1856-1950) Escritor irlandés.
  • “Sería una necedad pretender que el pueblo no puede cometer errores políticos. Puede cometerlos, y graves. El pueblo lo sabe y paga las consecuencias; pero comparados con los errores que han sido cometidos por cualquier género de autocracia, estos otros carecen de importancia”. Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.

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