El riesgo del boom de autos eléctricos

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Guido Calderón

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Ecuador enfrenta un déficit eléctrico cercano a 900 MW, por fallas reiteradas en la contratación pública y ausencia de planificación para las sequías. En este contexto, la expansión acelerada de autos eléctricos no representa modernidad, sino una amenaza para un sistema que no siquiera puede abastecer la demanda actual.

Presión social, moda y vehículos sin control técnico​


La tendencia del consumidor ecuatoriano a seguir modas ya disparó la compra de autos eléctricos económicos, muchos de ellos importados sin certificaciones rigurosas. La experiencia con los miles de motocicletas retenidas en patios policiales, demuestra los riesgos de permitir el ingreso de vehículos sin estándares mínimos de seguridad.

Siniestralidad alta y vehículos más frágiles​


Ecuador tiene uno de los índices de accidentes viales más altos de la Sudamérica. Incorporar vehículos eléctricos de bajo costo, más livianos y con menos protección estructural, aumentará las muertes de conductores y pasajeros en un entorno ya muy peligroso.

Impacto en un sistema eléctrico colapsado​


Cada vehículo eléctrico añade consumo considerable de energía y, sin gestión ni infraestructura, la carga se concentrará en horas pico, ampliando el déficit existente. El riesgo se agrava con los problemas crónicos como el robo de electricidad, instalaciones clandestinas y el escaso respeto por las normas técnicas, lo que derivará en sobrecargas, explosión de transformadores, fallas masivas y accidentes eléctricos, entre ellos, los devastadores incendios.

Ausencia de infraestructura de carga​


El país no cuenta con una red nacional de cargadores, regulación para instalaciones residenciales, ni estándares de seguridad. Con miles de autos eléctricos nuevos, los usuarios dependerán de instalaciones improvisadas, aumentando riesgos para hogares y barrios que sufrirán más apagones.

Un país que reduce la autonomía real​


La geografía ecuatoriana —dos cordilleras, climas extremos y pendientes prolongadas— reduce significativamente la autonomía de los autos eléctricos, ya afectada por el uso de aire acondicionado o calefacción. Esto reduce la autonomía en más del 50% y limita su viabilidad fuera de zonas urbanas.

INFRAESTRUCTURA VIAL AL LÍMITE


Las principales ciudades ya sufren congestión severa. La llegada masiva de autos eléctricos solo añade más vehículos a calles saturadas, sin resolver los problemas de movilidad y agravando la situación urbana.

Condiciones necesarias antes de avanzar​


La movilidad eléctrica es parte del futuro si, pero no en las condiciones actuales. Ecuador necesita primero controles de calidad estrictos para las importaciones, mayor generación eléctrica firme y confiable, regulaciones para la carga vehicular, sanciones efectivas al robo de energía, redes eléctricas fortalecidas y una infraestructura nacional de cargadores.

Sin estas bases, un boom de autos eléctricos no representará progreso. Pondrá en riesgo la seguridad vial, más vidas se perderán, colapsará aún más el sistema eléctrico y profundizará la crisis energética que ya afecta al país.

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