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Rafael Sempertegui
Guest
La cuarta estrella del Club Always Ready (durante años fue conocido como CAR; hoy se usa simplemente Always) sirve para hablar de los humildes orígenes del equipo de “la banda roja” (epíteto que en su momento tuvo significancias políticas).
El CAR nació en pleno Prado/Alameda de la mano de adolescentes del barrio de Miraflores, en medio de la Guerra del Chaco, en 1933. Arrancó en segunda y tuvo que sufrir injustamente durante cuatro temporadas (de 1936 a 1939) para jugar en primera en 1940 junto a los otros siete equipos paceños.
El poder establecido (The Strongest, Bolívar, el mítico Ferroviario y el olvidado Atlético Alianza) no querían más clubes de changos pues ya tenían suficiente con los correosos Ayacucho y San Calixto). Primera paradoja: esa batalla contra todo y contra todos, del chico contra los grandes, hoy luce en el olvido (ni siquiera el buen libro de historia del club escrito a cuatro manos por el difunto Iván Aguilar Murguía -hincha stronguista y de Alianza- y Carlos D. Mesa Gisbert) la recoge a cabalidad.
Las dos primeras estrellas del CAR (1951 y 1957) traen el recuerdo de jugadores de leyenda: los arqueros cruceños “Chembo” Gutiérrez y Griseldo Cobo, los argentinos “Milonga” Heredia, Ricardo Muzio, el goleador Juan Pinnola e Hipólito Montenegro (con un gol suyo el club Bolívar se iría a la B en diciembre de 1964) …y el más grande, Mario, el “Tano”, Dimeglio Camporiale. ¿Es casualidad que el mejor hombre de la cuarta estrella haya sido su arquero venezolano Alain Baroja en un club que tantos buenos guardavallas ha dado a lo largo de su historia? El mejor “goal-keeper” boliviano de todos los tiempos, el orureño Vicente Arraya Castro, custodió también su portería y fue el entrenador de la legendaria/inédita gira europea de 1961.
La tercera estrella albirroja tuvo que esperar 63 años y llegó hace cinco temporadas de la mano de otra leyenda (argentina) Marcos, el “Pitbull”, Ovejero con otro arquero (cruceño) de selección en sus filas, Carlos Lampe.
Always Ready -más allá de los innecesarios favores arbitrajes; segunda paradoja: ahora está del otro lado de la barricada, junto al poder- es el justo campeón de 2025 Es el equipo que más partidos ha ganado y en los duelos con sus dos rivales (Bolívar y The Strongest) ha sacado más puntos.
El Tigre bastante ha hecho con pelear hasta el final con una dirigencia dividida, graves problemas económicos por malas gestiones pasadas y un plantel corto (y disminuido tras la venta de Chura al Panetolikos griego y Triverio que pasó a reforzar más aún al “millonario”).
Bolívar, en el año de su centenario, “regaló” el campeonato: no pudo competir -a pesar de su rico y bien pagado plantel por el ausente millonario Claure- en dos/tres torneos a la vez. Su presencia internacional (Libertadores y luego Sudamericana) “saboteó” su lucha por el título, perdiendo partidos que nunca debió perder ante rivales chicos. La soberbia y los errores conceptuales de su técnico Robatto (siempre fue un equipo partido al medio con grandes lagunas defensivas) hicieron el resto.
El que dio las gracias fue el técnico campeón, el bolivarista Baldivieso (tercera paradoja) que supo combinar a la perfección juventud y jerarquía. El sueño dirigencial de Always Ready pasa por la Libertadores; para eso hay que reforzar el equipo (y no debilitarlo como se hizo después del título de 2020).
La familia Costa debe decidir su (verdadero) objetivo: ganar dinero (con la venta de jugadores como “Viru” Paniagua) o hacer historia en el futbol boliviano con Villa Ingenio/El Alto como fortaleza, logrando lo que en su momento alcanzó el (también) olvidado Club Mariscal Santa Cruz de La Paz, un título sudamericano (y reverdecer aquella Recopa Sudamericana de Clubes de 1970). Mientras tanto, el fútbol paceño (con tres de sus históricos clubes al frente otra vez) sigue donde siempre ha estado: en lo más alto.
Post-scriptum: salvando las distancias, el fútbol boliviano camina hacia una situación similar al español: dos poderosos portaviones (Real Madrid-Barcelona; Bolívar-Always Ready) y un tercer/eterno aspirante (Atlético de Madrid-The Strongest con menor capacidad de fuego) tratando de romper -con guerra de guerrillas- el duopolio.
(12/12/2025)
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El CAR nació en pleno Prado/Alameda de la mano de adolescentes del barrio de Miraflores, en medio de la Guerra del Chaco, en 1933. Arrancó en segunda y tuvo que sufrir injustamente durante cuatro temporadas (de 1936 a 1939) para jugar en primera en 1940 junto a los otros siete equipos paceños.
El poder establecido (The Strongest, Bolívar, el mítico Ferroviario y el olvidado Atlético Alianza) no querían más clubes de changos pues ya tenían suficiente con los correosos Ayacucho y San Calixto). Primera paradoja: esa batalla contra todo y contra todos, del chico contra los grandes, hoy luce en el olvido (ni siquiera el buen libro de historia del club escrito a cuatro manos por el difunto Iván Aguilar Murguía -hincha stronguista y de Alianza- y Carlos D. Mesa Gisbert) la recoge a cabalidad.
Las dos primeras estrellas del CAR (1951 y 1957) traen el recuerdo de jugadores de leyenda: los arqueros cruceños “Chembo” Gutiérrez y Griseldo Cobo, los argentinos “Milonga” Heredia, Ricardo Muzio, el goleador Juan Pinnola e Hipólito Montenegro (con un gol suyo el club Bolívar se iría a la B en diciembre de 1964) …y el más grande, Mario, el “Tano”, Dimeglio Camporiale. ¿Es casualidad que el mejor hombre de la cuarta estrella haya sido su arquero venezolano Alain Baroja en un club que tantos buenos guardavallas ha dado a lo largo de su historia? El mejor “goal-keeper” boliviano de todos los tiempos, el orureño Vicente Arraya Castro, custodió también su portería y fue el entrenador de la legendaria/inédita gira europea de 1961.
La tercera estrella albirroja tuvo que esperar 63 años y llegó hace cinco temporadas de la mano de otra leyenda (argentina) Marcos, el “Pitbull”, Ovejero con otro arquero (cruceño) de selección en sus filas, Carlos Lampe.
Always Ready -más allá de los innecesarios favores arbitrajes; segunda paradoja: ahora está del otro lado de la barricada, junto al poder- es el justo campeón de 2025 Es el equipo que más partidos ha ganado y en los duelos con sus dos rivales (Bolívar y The Strongest) ha sacado más puntos.
El Tigre bastante ha hecho con pelear hasta el final con una dirigencia dividida, graves problemas económicos por malas gestiones pasadas y un plantel corto (y disminuido tras la venta de Chura al Panetolikos griego y Triverio que pasó a reforzar más aún al “millonario”).
Bolívar, en el año de su centenario, “regaló” el campeonato: no pudo competir -a pesar de su rico y bien pagado plantel por el ausente millonario Claure- en dos/tres torneos a la vez. Su presencia internacional (Libertadores y luego Sudamericana) “saboteó” su lucha por el título, perdiendo partidos que nunca debió perder ante rivales chicos. La soberbia y los errores conceptuales de su técnico Robatto (siempre fue un equipo partido al medio con grandes lagunas defensivas) hicieron el resto.
El que dio las gracias fue el técnico campeón, el bolivarista Baldivieso (tercera paradoja) que supo combinar a la perfección juventud y jerarquía. El sueño dirigencial de Always Ready pasa por la Libertadores; para eso hay que reforzar el equipo (y no debilitarlo como se hizo después del título de 2020).
La familia Costa debe decidir su (verdadero) objetivo: ganar dinero (con la venta de jugadores como “Viru” Paniagua) o hacer historia en el futbol boliviano con Villa Ingenio/El Alto como fortaleza, logrando lo que en su momento alcanzó el (también) olvidado Club Mariscal Santa Cruz de La Paz, un título sudamericano (y reverdecer aquella Recopa Sudamericana de Clubes de 1970). Mientras tanto, el fútbol paceño (con tres de sus históricos clubes al frente otra vez) sigue donde siempre ha estado: en lo más alto.
Post-scriptum: salvando las distancias, el fútbol boliviano camina hacia una situación similar al español: dos poderosos portaviones (Real Madrid-Barcelona; Bolívar-Always Ready) y un tercer/eterno aspirante (Atlético de Madrid-The Strongest con menor capacidad de fuego) tratando de romper -con guerra de guerrillas- el duopolio.
(12/12/2025)
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