El ‘Estado cloaca’ y otras narrativas

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Shirley Ibañez

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A más de un mes de la instalación del nuevo gobierno, no existe un plan contundente de freno a la crisis económica atribuida a la administración anterior y lo que es más visible son la serie denuncias de corrupción, el recrudecimiento de las filas por combustibles, el incremento del precio del pan y la persistente muletilla del “Estado cloaca”, una preocupante exageración.

Es poco tiempo, cierto; pero el presidente Rodrigo Paz dijo que desde el primer día de su gobierno desaparecerán las filas por diésel y gasolina, y su viceministro Gustavo Serrano aseguró que del pan “ni precio ni peso no se mueven”.

Otra cosa es con guitarra. En campaña, desahució a quien ahora es su ministro de la Presidencia, José Luis Lupo, por pretender créditos para el país y también dijo “con lo que tienes en Bolivia, no tienes que ir a pedir (créditos)”. Pero, al menos $us 3.100 millones comprometidos en su primera incursión fuera del país esperan.

Se ha ocupado de denostar día a día los “20 años” de “robo y traición” a la patria para instalar la idea de que todo lo que hicieron el Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales (con quien compartió varios proyectos mientras fue alcalde) y Luis Arce estuvo mal. Dijo que esos gobiernos se han robado $us 15.000 millones y hasta ahora no precisa cómo.

Pero lo más recurrente es que, en su criterio, las gestiones de Morales y Arce se “robaron” $us 60.000 millones del gas, en relación a los ingresos, entre 2006 y 2025, de los hidrocarburos. En agosto, el Ministerio de Hidrocarburos informó que, en esos 16 años, el país reportó aproximadamente $us 50.000 millones de ingresos.

¿De veras creen que se robaron ese monto de dinero? Se trata de la narrativa que no consigna —más allá de la corrupción que pudo haber habido o los “elefantes blancos”— los bonos, el teleférico, el Centro Nuclear de El Alto, la planta de Bulo Bulo, la planta del Mutún, el teleférico, las carreteras, el hospital de Montero, los generadores eólicos, la planta de energía solar de Oruro, el estadio de Villa Ingenio (donde Paz estuvo el día del partido frente a Brasil), los hospitales del Sur y del Norte de El Alto, el satélite Túpac Katari, la infraestructura educativa, tractores y ambulancias para, el aeropuerto Alcantarí, y miles de obras.

Claro que hubo corrupción, hay que investigarla como el ahora desempolvado caso ex Fondo Indígena. Y, en este caso, justo quien denunció a Jeanine Áñez, Luis Fernando Camacho y Marco Pumari en el caso Golpe de Estado I, Lidia Patty, es el chivo expiatorio. Con ella también cayó uno de los símbolos del llamado proceso de cambio, el expresidente Luis Arce.

¿Casualidad? Ambos fueron detenidos sin debido proceso, a pesar de que la administración actual prometió que no ejercerá persecución política. Recuerden, el mismo Paz decía “los vamos a meter presos” (en 2019, Arturo Murillo decía “los vamos a cazar”).

Otro caso. Paz también suele repetir el discurso de que, con la ruptura de relaciones con Estados Unidos en 2008, Bolivia perdió millonarios ingresos. Explica que solo El Alto exportó ese año a ese país un valor de $us 500 millones y generó 40.000 empleos, y que en 2009 esas cifras bajaron a $us 23 millones y 1.000 empleos, respectivamente.

Las cifras del Banco Mundial muestran lo contrario: ese año, Bolivia llegó a exportar a Estados Unidos $us 505 millones (no solo El Alto); era el cuarto mercado luego de Brasil ($us 3.048 millones), Corea ($us 813 millones) y Argentina ($us 519 millones).

Otra narrativa fue la situación de la Gestora Púbica. “No hay sus aportes en la Gestora, se los gastaron”, dijo el mandatario.

Inmediatamente, propios y extraños lo desmintieron. El exgerente de la entidad Jaime Durán lo hizo con números: Al 27 de noviembre Bs 203.704 millones de aportes; los fondos “no han desaparecido, más bien crecieron”.

Detalló: de ese monto, el 50% (Bs 101.852 millones) radica en “instrumentos del sistema financiero” (depósitos a plazo fijo en la banca); el 35% (Bs 71.296 millones) está invertido en instrumentos del Estado, en el TGN; el 12% (Bs 24.444 millones) está invertido en el sector privado no financiero; y el 3% (Bs 6.111 millones) está en el extranjero, en inversiones en bonos emitidos por el TGN.

Las declaraciones de Paz causaron un sismo de baja intensidad y nunca hizo un mea culpa.

Aprovechando el ímpetu anticorrupción del mandatario, se espera que las investigaciones trasciendan los “20 años”. Hay casos emblemáticos a lo largo de las últimas décadas que no fueron resueltos. Sin ir lejos, los caso sde las vacunas, los respiradores, el sobreprecio de material antidisturbios (Murillo y compañía) y la entrega de tierras en el gobierno de Áñez.

Sin pretender el caso de las libras esterlinas, también el autoalquiler del avión de Gonzalo Sánchez de Lozada, el Beechcraft en el gobierno de Hugo Banzer o los ‘narcovínculos’ en el gobierno de Jaime Paz Zamora, que por el caso fue despojado de su visa por Estados Unidos y su alfil, Óscar Eid Franco, fue encarcelado.

El “Estado cloaca” no comenzó hace 20 años.

*Es periodista

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