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Kurt Freund Ruf
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En un contexto económico complejo y con una urgente necesidad de generar divisas, numerosos analistas coinciden en que el país requiere políticas públicas audaces, realistas y desprovistas de dogmatismo. En este espíritu de apoyo constructivo al gobierno del Presidente Daniel Noboa, se plantean dos propuestas centrales en materia energética y de subsidios, diseñadas para inyectar eficiencia, transparencia y soberanía a la estrategia nacional.
1. Reformular el Subsidio: De la Bombona al Bolsillo Ciudadano. El subsidio a la bombona de gas es un salvavidas para millones de familias, pero su mecanismo actual es un laberinto de ineficiencias. Los problemas de focalización, desvíos y la pesada carga fiscal son bien conocidos. La propuesta es simple en su concepto, pero transformadora en su impacto: convertir el subsidio a la oferta en un apoyo directo y monetario a la demanda. Para los beneficiarios de bonos estatales (Bono Solidario, por discapacidad, etc.): Incrementar el valor mensual del bono en un monto equivalente al costo real de una bombona de gas. Para trabajadores con salario mínimo (públicos y privados): donde se está negociando un aumento salarial llevar adelante una política similar, Estableciendo que el empleador incluya, como parte remunerativa no sujeto a incluirlo como aumento salarial básico, un valor equivalente al de una bombona de gas al mes.
Las ventajas son múltiples: el subsidio llega con precisión a quien lo necesita, eliminando filtraciones. Devuelve la libertad y la responsabilidad al ciudadano, quien aprende a gestionar el valor real del recurso, fomentando un consumo eficiente. El Estado, por su parte, se libera de la onerosa tarea de controlar precios, importar y comercializar, aliviando su presión fiscal y administrativa.
2. Una Reactivación Petrolera Inteligente y Responsable: El Caso del Yasuní ITT y la Frontera Offshore. Ecuador no puede darse el lujo de ser un espectador pasivo mientras la geopolítica energética redefine la región. La dramática caída de la producción nacional, contrastada con importaciones crecientes de derivados y un parque automotor en expansión, es una alerta roja para una economía dolarizada. La reactivación del proyecto ITT (Bloque 43) en el Yasuní es técnicamente viable y legalmente posible, requiriendo superar un bloqueo ideológico con soluciones técnicas y de compensación. Una Consulta Ajustada a Derecho: La Constitución exige consulta a las poblaciones directamente afectadas (los cantones aledaños al bloque), no una consulta nacional. La pregunta de 2023 adolecía de un error técnico de base. Se debe convocar una nueva consulta, legalmente precisa y técnicamente informada. Compensación Ambiental Proactiva: Como contrapeso ético y ecológico, se propone un modelo de ganancia neta ambiental: Compensación Territorial: Por las aproximadamente 300 hectáreas de intervención del ITT, incorporar de 1,000 a 10,000 hectáreas nuevas al Parque Nacional Yasuní y crear un Fondo de Guardianía Autónomo: Destinar entre el 1% y 2% de la producción del bloque a un fondo que financie de manera permanente la protección, vigilancia (creando plazas para guardaparques) y el turismo comunitario sostenible dentro del Parque.
No Perder el Tren Offshore: Es estratégico acelerar la exploración del Bloque 6, en la cuenca marina colindante con Perú y el resto de bloques off shore, invitando a las principales empresas del mundo que manejan esas tecnologías de aguas profundas. Mientras empresas como la francesa TotalEnergies y la estadounidense ExxonMobil avanzan en bloques adyacentes, Ecuador corre el riesgo de quedar marginado del próximo boom petrolero sudamericano.
En el contexto global: Realismo para financiar la transición energética. Para 2050, a pesar de la transición en marcha, más del 45% de la matriz energética global aún dependerá de hidrocarburos. Países líderes en sostenibilidad, como Noruega, continúan invirtiendo miles de millones en exploración. Este no es un llamado al atraso, sino al realismo más crudo: la transición hacia energías renovables también requiere divisas y la participación activa de la actividad minera justamente en los minerales que se encuentran en Ecuador donde paneles solares, turbinas eólicas y sus componentes mayoritariamente se importan. Una política energética soberana, basada en la técnica y no en la ideología, generará las divisas indispensables para financiar la anhelada transición energética. Además de garantizar los ingresos constitucionales para educación, salud y gobiernos autónomos descentralizados (GAD). Crear empleo tecnificado y de valor agregado en las regiones más remotas, dinamizando cadenas de servicios (logística, hospedaje, alimentación) y llevando desarrollo real a zonas históricamente abandonadas.
Una Oportunidad para Petroecuador: Alianza Estratégica. Paralelamente, la legislación vigente permitiría una auditoría o alianza estratégica con una empresa petrolera estatal de trayectoria internacional —como la noruega Equinor o la francesa TotalEnergies— para que, mediante un contrato de gestión, profesionalice la administración de Petroecuador. El objetivo es un cambio institucional total, que atraiga la inversión necesaria para modernizar tanto las operaciones de extracción (upstream) como de refinación y comercialización (downstream).
Estas propuestas no son un fin, sino un camino. Buscan transformar subsidios ineficientes en ayuda directa y digna, y superar bloqueos históricos con soluciones innovadoras de compensación, generando los recursos que el país necesita para tomar, por fin, el rumbo de un desarrollo inclusivo y sostenible. El momento de la decisión es ahora.
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1. Reformular el Subsidio: De la Bombona al Bolsillo Ciudadano. El subsidio a la bombona de gas es un salvavidas para millones de familias, pero su mecanismo actual es un laberinto de ineficiencias. Los problemas de focalización, desvíos y la pesada carga fiscal son bien conocidos. La propuesta es simple en su concepto, pero transformadora en su impacto: convertir el subsidio a la oferta en un apoyo directo y monetario a la demanda. Para los beneficiarios de bonos estatales (Bono Solidario, por discapacidad, etc.): Incrementar el valor mensual del bono en un monto equivalente al costo real de una bombona de gas. Para trabajadores con salario mínimo (públicos y privados): donde se está negociando un aumento salarial llevar adelante una política similar, Estableciendo que el empleador incluya, como parte remunerativa no sujeto a incluirlo como aumento salarial básico, un valor equivalente al de una bombona de gas al mes.
Las ventajas son múltiples: el subsidio llega con precisión a quien lo necesita, eliminando filtraciones. Devuelve la libertad y la responsabilidad al ciudadano, quien aprende a gestionar el valor real del recurso, fomentando un consumo eficiente. El Estado, por su parte, se libera de la onerosa tarea de controlar precios, importar y comercializar, aliviando su presión fiscal y administrativa.
2. Una Reactivación Petrolera Inteligente y Responsable: El Caso del Yasuní ITT y la Frontera Offshore. Ecuador no puede darse el lujo de ser un espectador pasivo mientras la geopolítica energética redefine la región. La dramática caída de la producción nacional, contrastada con importaciones crecientes de derivados y un parque automotor en expansión, es una alerta roja para una economía dolarizada. La reactivación del proyecto ITT (Bloque 43) en el Yasuní es técnicamente viable y legalmente posible, requiriendo superar un bloqueo ideológico con soluciones técnicas y de compensación. Una Consulta Ajustada a Derecho: La Constitución exige consulta a las poblaciones directamente afectadas (los cantones aledaños al bloque), no una consulta nacional. La pregunta de 2023 adolecía de un error técnico de base. Se debe convocar una nueva consulta, legalmente precisa y técnicamente informada. Compensación Ambiental Proactiva: Como contrapeso ético y ecológico, se propone un modelo de ganancia neta ambiental: Compensación Territorial: Por las aproximadamente 300 hectáreas de intervención del ITT, incorporar de 1,000 a 10,000 hectáreas nuevas al Parque Nacional Yasuní y crear un Fondo de Guardianía Autónomo: Destinar entre el 1% y 2% de la producción del bloque a un fondo que financie de manera permanente la protección, vigilancia (creando plazas para guardaparques) y el turismo comunitario sostenible dentro del Parque.
No Perder el Tren Offshore: Es estratégico acelerar la exploración del Bloque 6, en la cuenca marina colindante con Perú y el resto de bloques off shore, invitando a las principales empresas del mundo que manejan esas tecnologías de aguas profundas. Mientras empresas como la francesa TotalEnergies y la estadounidense ExxonMobil avanzan en bloques adyacentes, Ecuador corre el riesgo de quedar marginado del próximo boom petrolero sudamericano.
En el contexto global: Realismo para financiar la transición energética. Para 2050, a pesar de la transición en marcha, más del 45% de la matriz energética global aún dependerá de hidrocarburos. Países líderes en sostenibilidad, como Noruega, continúan invirtiendo miles de millones en exploración. Este no es un llamado al atraso, sino al realismo más crudo: la transición hacia energías renovables también requiere divisas y la participación activa de la actividad minera justamente en los minerales que se encuentran en Ecuador donde paneles solares, turbinas eólicas y sus componentes mayoritariamente se importan. Una política energética soberana, basada en la técnica y no en la ideología, generará las divisas indispensables para financiar la anhelada transición energética. Además de garantizar los ingresos constitucionales para educación, salud y gobiernos autónomos descentralizados (GAD). Crear empleo tecnificado y de valor agregado en las regiones más remotas, dinamizando cadenas de servicios (logística, hospedaje, alimentación) y llevando desarrollo real a zonas históricamente abandonadas.
Una Oportunidad para Petroecuador: Alianza Estratégica. Paralelamente, la legislación vigente permitiría una auditoría o alianza estratégica con una empresa petrolera estatal de trayectoria internacional —como la noruega Equinor o la francesa TotalEnergies— para que, mediante un contrato de gestión, profesionalice la administración de Petroecuador. El objetivo es un cambio institucional total, que atraiga la inversión necesaria para modernizar tanto las operaciones de extracción (upstream) como de refinación y comercialización (downstream).
Estas propuestas no son un fin, sino un camino. Buscan transformar subsidios ineficientes en ayuda directa y digna, y superar bloqueos históricos con soluciones innovadoras de compensación, generando los recursos que el país necesita para tomar, por fin, el rumbo de un desarrollo inclusivo y sostenible. El momento de la decisión es ahora.
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