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Faustina Agüero
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En el inicio de la novena a la Virgen de Caacupé, el obispo del Vicariato Apostólico del Chaco, Mons. Gabriel Narciso Escobar Ayala, pronunció una homilía profundamente crítica hacia la situación del país.
Señaló que muchas autoridades siguen ocupando cargos sin el perfil ni la preparación necesaria, recordando casos recientes dentro del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) como ejemplo de la improvisación institucional que afecta la confianza ciudadana.
El obispo reclamó con fuerza una Fiscalía más profesional, seria y empática con la gente, capaz de velar por el bien común y no por los intereses particulares. Advirtió que esta falta de rigurosidad se refleja en problemas graves, desde la protección del medio ambiente como en el incendio de Chovoreca hasta la persecución efectiva de hechos punibles.
Escobar también remarcó que la inseguridad continúa siendo una preocupación urgente en comunidades, poblaciones y caminos del interior del país. Cuestionó que el Estado siga en deuda con la profesionalización de sus fuerzas policiales, mientras numerosas familias siguen esperando justicia y respuestas sobre casos de secuestros y desapariciones, como los de Óscar Denis, Félix Urbieta y Edelio Morínigo.
El obispo no dejó fuera al sistema educativo, asegurando que Paraguay necesita “reformas de fondo, no de forma”. “Así como estamos, ya no da más”, expresó, resaltando que la falta de una educación de calidad perpetúa las desigualdades que afectan a los paraguayos más humildes.
A lo largo de su mensaje, recordó que aunque la macroeconomía del país muestre avances, “al paraguayo de a pie” no le alcanza para ver esas mejoras. Agregó que mientras algunos sectores se suben los salarios sin justificación, la gente sencilla sigue tratando de sobrevivir haciendo polladas y rifas para pagar salud, lidiando con un transporte público precario, sufriendo el desamparo del IPS, y enfrentando la pobreza estructural que empuja a miles a migrar.
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También criticó la corrupción y el mal manejo de tierras públicas, citando casos como el de Carmelo Peralta y la histórica lucha de las comunidades de Puerto Casado, donde campesinos e indígenas siguen enfrentando despojos y amenazas. “A la vez don pueblo debe rogar y luchar para conseguir un pedazo de tierra para vivir dignamente con su familia ( campesinos e indígenas que deberían beneficiarse de la reforma agraria viven en zozobra y sufren constantes amenazas de desalojo) y si consiguen lo hacen con precios millonarios, donde los manguruyúses de arriba (Indert) entregan y venden a preciosos irrisorios tierras del Estado en lugares estratégicos como recientemente se denunciaba en los medios de comunicación el caso de tierras en el distrito de Carmelo Peralta o como la lucha Casadeña que en tiempo de la fábrica tanineras eran llamados los blancos; quienes hasta hoy siguen privados, engañados, marginados y no reconocidos en su histórico espacio/territorio ciudadano….del Extraño mba´e, se le dice, aquí es donde el Estado debe dar solución", expresó.
Lamentó que “los de arriba” accedan a seguros médicos, vehículos de alta gama y privilegios financiados por el pueblo, mientras las instituciones básicas “hacen agua por todas partes”.
Escobar pidió a las autoridades que salgan de sus oficinas y que recorran hospitales, escuelas, asentamientos y colonias para comprender cuáles son las necesidades urgentes de la gente.
“Nuestro pueblo sencillo de a pie merece estar mejor y no solo unos cuantos ‘cuate meme’”, indicó.
Al final, llamó a los fieles a asumir un compromiso real con la construcción del bien común. Recordó que Dios no solo escucha las necesidades del pueblo, sino que invita a cada persona a actuar: “Dios hace algo, pero también nos dice: ‘Te he hecho a vos’. Que este novenario nos encuentre colaborando para construir un país con más justicia, verdad, vida, amor y paz”, puntualizó monseñor Escobar.
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Señaló que muchas autoridades siguen ocupando cargos sin el perfil ni la preparación necesaria, recordando casos recientes dentro del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) como ejemplo de la improvisación institucional que afecta la confianza ciudadana.
El obispo reclamó con fuerza una Fiscalía más profesional, seria y empática con la gente, capaz de velar por el bien común y no por los intereses particulares. Advirtió que esta falta de rigurosidad se refleja en problemas graves, desde la protección del medio ambiente como en el incendio de Chovoreca hasta la persecución efectiva de hechos punibles.
Escobar también remarcó que la inseguridad continúa siendo una preocupación urgente en comunidades, poblaciones y caminos del interior del país. Cuestionó que el Estado siga en deuda con la profesionalización de sus fuerzas policiales, mientras numerosas familias siguen esperando justicia y respuestas sobre casos de secuestros y desapariciones, como los de Óscar Denis, Félix Urbieta y Edelio Morínigo.
El obispo no dejó fuera al sistema educativo, asegurando que Paraguay necesita “reformas de fondo, no de forma”. “Así como estamos, ya no da más”, expresó, resaltando que la falta de una educación de calidad perpetúa las desigualdades que afectan a los paraguayos más humildes.
A lo largo de su mensaje, recordó que aunque la macroeconomía del país muestre avances, “al paraguayo de a pie” no le alcanza para ver esas mejoras. Agregó que mientras algunos sectores se suben los salarios sin justificación, la gente sencilla sigue tratando de sobrevivir haciendo polladas y rifas para pagar salud, lidiando con un transporte público precario, sufriendo el desamparo del IPS, y enfrentando la pobreza estructural que empuja a miles a migrar.
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Corrupción
También criticó la corrupción y el mal manejo de tierras públicas, citando casos como el de Carmelo Peralta y la histórica lucha de las comunidades de Puerto Casado, donde campesinos e indígenas siguen enfrentando despojos y amenazas. “A la vez don pueblo debe rogar y luchar para conseguir un pedazo de tierra para vivir dignamente con su familia ( campesinos e indígenas que deberían beneficiarse de la reforma agraria viven en zozobra y sufren constantes amenazas de desalojo) y si consiguen lo hacen con precios millonarios, donde los manguruyúses de arriba (Indert) entregan y venden a preciosos irrisorios tierras del Estado en lugares estratégicos como recientemente se denunciaba en los medios de comunicación el caso de tierras en el distrito de Carmelo Peralta o como la lucha Casadeña que en tiempo de la fábrica tanineras eran llamados los blancos; quienes hasta hoy siguen privados, engañados, marginados y no reconocidos en su histórico espacio/territorio ciudadano….del Extraño mba´e, se le dice, aquí es donde el Estado debe dar solución", expresó.
Lamentó que “los de arriba” accedan a seguros médicos, vehículos de alta gama y privilegios financiados por el pueblo, mientras las instituciones básicas “hacen agua por todas partes”.
Escobar pidió a las autoridades que salgan de sus oficinas y que recorran hospitales, escuelas, asentamientos y colonias para comprender cuáles son las necesidades urgentes de la gente.
“Nuestro pueblo sencillo de a pie merece estar mejor y no solo unos cuantos ‘cuate meme’”, indicó.
Al final, llamó a los fieles a asumir un compromiso real con la construcción del bien común. Recordó que Dios no solo escucha las necesidades del pueblo, sino que invita a cada persona a actuar: “Dios hace algo, pero también nos dice: ‘Te he hecho a vos’. Que este novenario nos encuentre colaborando para construir un país con más justicia, verdad, vida, amor y paz”, puntualizó monseñor Escobar.
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