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Giovanni Astudillo
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El verdadero valor en la transformación digital no está en la tecnología en sí, sino en el asesoramiento estratégico que precede a cualquier implementación.
Las empresas ecuatorianas buscan comprender cómo transformar sus operaciones, mejorar eficiencia y adoptar tecnologías avanzadas sin perder foco en la rentabilidad.
Un buen asesoramiento debe partir de una premisa básica: entender el negocio antes que la herramienta.
“Si no comprendemos la estrategia, los objetivos y los dolores reales de una empresa, cualquier proyecto de automatización o inteligencia artificial corre el riesgo de quedarse a medias”, asegura Héctor Freire, cofundador y director de estrategia de Ilum.
Por ello, los primeros análisis se orientan a detectar oportunidades de impacto, costos ocultos y cuellos de botella operativos.
Freire explica que muchas organizaciones tienen la intención de automatizar, pero no han ordenado sus flujos de trabajo.
“Si el proceso no está claro, la tecnología no sirve”, enfatiza. Por eso, en las asesorías iniciales se realiza un mapeo profundo de actividades, redundancias, tiempos y responsables para garantizar que el proceso sea automatizable.
El experto recalca que la IA solo funciona si la información que recibe es confiable.
“Los clientes manejan grandes volúmenes de datos, pero no siempre los tienen organizados. Antes de pensar en IA avanzamos en gobierno, arquitectura y calidad de datos”. Este paso permite habilitar analítica, trazabilidad y un uso responsable de la información.
Para Freire, el cambio cultural es quizás el elemento más determinante. Explica que el profesional de hoy debe trabajar de manera matricial, interconectando tareas y procesos.
“Ya no se puede pensar en pasos lineales. Las actividades desordenadas y no estructuradas son el terreno perfecto para que la IA conecte puntos y genere resultados”.
Freire observa un cambio claro en las solicitudes de asesoría. Las empresas están migrando del modelo de robots repetitivos (RPA) hacia agentes autónomos con inteligencia artificial capaces de interpretar datos, tomar decisiones, conectarse a múltiples sistemas y trabajar sin supervisión constante.
El experto recomienda implementar proyectos con alcances pequeños y resultados rápidos, en lugar de iniciativas extensas que tardan meses en mostrar avances. Este enfoque permite validar el retorno de inversión y generar confianza interna para escalar la solución.
Un ejemplo frecuente en sus asesorías es la automatización de la toma de pedidos en retail o distribución. En lugar del método tradicional -un dependiente que transcribe solicitudes en el sistema-, propone agentes conversacionales en WhatsApp conectados al ERP. Estos agentes reciben la orden, verifican disponibilidad, confirman precios y cierran la venta.
“Logramos tres beneficios inmediatos”, explica Freire. Se reduce la carga operativa en tiendas, eliminas las tareas manuales que consumen tiempo y recursos y mejoras radicalmente la experiencia del cliente.
Freire ha identificado un aumento notable en las solicitudes de capacitaciones en herramientas de IA aplicada, como Copilot o Gemini, aunque señala que su uso aún es básico. La verdadera demanda, afirma, está en automatización inteligente con impacto operativo.
Entre las tendencias más relevantes en las asesorías actuales están:
“Implementar IA por moda puede convertirse en un gasto frustrante. Implementarla con propósito genera retornos medibles”, señala Freire.
Freire es optimista sobre el desarrollo de la IA en Ecuador, pero reconoce que el país aún está en su fase inicial. “A nivel mundial todos están dando sus primeros pasos. La IA es muy nueva y requiere inversión, prueba y error”.
No todas las empresas, explica, pueden avanzar al mismo ritmo, por lo que el asesoramiento es clave para evitar decisiones apresuradas.
Según el especialista, los principales retos en Ecuador son los procesos poco estandarizados, datos desorganizados, falta de capacidades digitales y visiones organizacionales poco definidas.
Sin embargo, ve una oportunidad enorme: “Las empresas están dispuestas a implementar IA siempre que tenga sentido económico. Hoy existe interés real y proyectos concretos que están demostrando resultados”.
Enlace externo: Automatización industrial
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Las empresas ecuatorianas buscan comprender cómo transformar sus operaciones, mejorar eficiencia y adoptar tecnologías avanzadas sin perder foco en la rentabilidad.
Un buen asesoramiento debe partir de una premisa básica: entender el negocio antes que la herramienta.
“Si no comprendemos la estrategia, los objetivos y los dolores reales de una empresa, cualquier proyecto de automatización o inteligencia artificial corre el riesgo de quedarse a medias”, asegura Héctor Freire, cofundador y director de estrategia de Ilum.
Por ello, los primeros análisis se orientan a detectar oportunidades de impacto, costos ocultos y cuellos de botella operativos.
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Procesos, datos y talento para instalar la IA y automatización
Freire explica que muchas organizaciones tienen la intención de automatizar, pero no han ordenado sus flujos de trabajo.
“Si el proceso no está claro, la tecnología no sirve”, enfatiza. Por eso, en las asesorías iniciales se realiza un mapeo profundo de actividades, redundancias, tiempos y responsables para garantizar que el proceso sea automatizable.
Datos organizados en las empresas
El experto recalca que la IA solo funciona si la información que recibe es confiable.
“Los clientes manejan grandes volúmenes de datos, pero no siempre los tienen organizados. Antes de pensar en IA avanzamos en gobierno, arquitectura y calidad de datos”. Este paso permite habilitar analítica, trazabilidad y un uso responsable de la información.
Mentalidad digital en los equipos
Para Freire, el cambio cultural es quizás el elemento más determinante. Explica que el profesional de hoy debe trabajar de manera matricial, interconectando tareas y procesos.
“Ya no se puede pensar en pasos lineales. Las actividades desordenadas y no estructuradas son el terreno perfecto para que la IA conecte puntos y genere resultados”.
Del robot tradicional a los agentes con IA
Freire observa un cambio claro en las solicitudes de asesoría. Las empresas están migrando del modelo de robots repetitivos (RPA) hacia agentes autónomos con inteligencia artificial capaces de interpretar datos, tomar decisiones, conectarse a múltiples sistemas y trabajar sin supervisión constante.
El experto recomienda implementar proyectos con alcances pequeños y resultados rápidos, en lugar de iniciativas extensas que tardan meses en mostrar avances. Este enfoque permite validar el retorno de inversión y generar confianza interna para escalar la solución.
Un ejemplo frecuente en sus asesorías es la automatización de la toma de pedidos en retail o distribución. En lugar del método tradicional -un dependiente que transcribe solicitudes en el sistema-, propone agentes conversacionales en WhatsApp conectados al ERP. Estos agentes reciben la orden, verifican disponibilidad, confirman precios y cierran la venta.
“Logramos tres beneficios inmediatos”, explica Freire. Se reduce la carga operativa en tiendas, eliminas las tareas manuales que consumen tiempo y recursos y mejoras radicalmente la experiencia del cliente.
Tendencias de asesoramiento en IA que ganan tracción en Ecuador
Freire ha identificado un aumento notable en las solicitudes de capacitaciones en herramientas de IA aplicada, como Copilot o Gemini, aunque señala que su uso aún es básico. La verdadera demanda, afirma, está en automatización inteligente con impacto operativo.
Entre las tendencias más relevantes en las asesorías actuales están:
- Implementación de agentes inteligentes para servicio al cliente, procesos administrativos y operaciones.
- Optimización de áreas de back-office, especialmente en finanzas, recursos humanos y contabilidad.
- Procesos híbridos humano–IA, que redistribuyen talento y reducen costos operativos.
- Creación de ciclos de madurez digital, que permiten avanzar por etapas sin riesgos.
“Implementar IA por moda puede convertirse en un gasto frustrante. Implementarla con propósito genera retornos medibles”, señala Freire.
Madurez del mercado ecuatoriano: retos estructurales y oportunidades claras
Freire es optimista sobre el desarrollo de la IA en Ecuador, pero reconoce que el país aún está en su fase inicial. “A nivel mundial todos están dando sus primeros pasos. La IA es muy nueva y requiere inversión, prueba y error”.
No todas las empresas, explica, pueden avanzar al mismo ritmo, por lo que el asesoramiento es clave para evitar decisiones apresuradas.
Según el especialista, los principales retos en Ecuador son los procesos poco estandarizados, datos desorganizados, falta de capacidades digitales y visiones organizacionales poco definidas.
Sin embargo, ve una oportunidad enorme: “Las empresas están dispuestas a implementar IA siempre que tenga sentido económico. Hoy existe interés real y proyectos concretos que están demostrando resultados”.
Enlace externo: Automatización industrial
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