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Las divergencias entre categorías ocupacionales son notorias. En el sector público, solo 7,5% de los empleados u obreros gana menos del salario mínimo legal vigente (SMLV), mientras que 85,1% percibe un ingreso mayor. Se trata del grupo con mejor distribución relativa, dado que la mayor parte supera la referencia mínima. Además, el 5,6% se encuentra exactamente en el nivel del salario mínimo.
La situación cambia de forma significativa en el empleo privado. Entre los empleados u obreros privados, 38,8% recibe menos del salario mínimo y 19,8% lo percibe exactamente, mientras que 37,9% supera dicho umbral. Esto muestra un mercado más heterogéneo y una proporción elevada de trabajadores con ingresos por debajo de la referencia legal, lo que se vincula a la informalidad, jornadas parciales o incumplimiento de la normativa.
El caso más crítico corresponde al empleo doméstico. Los datos revelan que 94,5% recibe menos del SMLV, una señal evidente de rezagos estructurales en la regulación y aplicación de derechos laborales en este segmento.
Solo 3,6% gana el salario mínimo y 1,8% se ubica por encima. Los valores muestran que, a pesar de los avances legislativos de los últimos años, el sector sigue padeciendo una brecha salarial sistemática frente al resto de la economía.
Cuando se observan los trabajadores asalariados en general, sin distinguir sector, el panorama vuelve a estar dividido. El 40,2% gana menos del salario mínimo, mientras que 41,5% percibe más del SMLV.
En el medio, 15,5% se ubica exactamente en el nivel de referencia, confirmando que el salario mínimo continúa siendo un umbral determinante en el mercado laboral paraguayo, con un impacto directo en al menos la mitad de la población asalariada.
En cuanto a los ingresos del sector privado, dividiendo la población en deciles de ingreso, se confirma que la distribución salarial es altamente desigual.
En el primer decil (D1), el 88% de los trabajadores gana menos del SMLV y solo 5% está por encima.
En el segundo decil (D2), aunque la situación mejora levemente, el 72% sigue por debajo del mínimo legal.
A partir del tercer decil (D3) se inicia una progresión donde disminuye la proporción de trabajadores con ingresos inferiores al SMLV: 62% en D3, 56% en D4 y 50% en D5. Sin embargo, incluso en la mitad de la distribución, la mitad del sector privado aún no alcanza el salario mínimo, lo que refleja una estructura salarial comprimida hacia la base.
La tendencia cambia con más claridad desde el sexto decil (D6), donde el porcentaje de trabajadores con ingresos superiores al salario mínimo sube a 30%, llegando a 36% en D7, 41% en D8, 49% en D9 y finalmente 68% en el decil de mayores ingresos (D10).
En conjunto, los datos evidencian que la estructura salarial paraguaya mantiene fuertes contrastes entre sectores y niveles de ingreso.
El sector público se muestra más alineado con la normativa, mientras que el empleo doméstico y los primeros deciles del sector privado concentran la mayor vulnerabilidad. Además, de evidenciar que el salario mínimo sigue siendo un instrumento importante para ordenar el mercado laboral, aunque aún persistan amplias brechas que requieren políticas focalizadas para su corrección.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones
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La situación cambia de forma significativa en el empleo privado. Entre los empleados u obreros privados, 38,8% recibe menos del salario mínimo y 19,8% lo percibe exactamente, mientras que 37,9% supera dicho umbral. Esto muestra un mercado más heterogéneo y una proporción elevada de trabajadores con ingresos por debajo de la referencia legal, lo que se vincula a la informalidad, jornadas parciales o incumplimiento de la normativa.
El caso más crítico corresponde al empleo doméstico. Los datos revelan que 94,5% recibe menos del SMLV, una señal evidente de rezagos estructurales en la regulación y aplicación de derechos laborales en este segmento.
Solo 3,6% gana el salario mínimo y 1,8% se ubica por encima. Los valores muestran que, a pesar de los avances legislativos de los últimos años, el sector sigue padeciendo una brecha salarial sistemática frente al resto de la economía.
Cuando se observan los trabajadores asalariados en general, sin distinguir sector, el panorama vuelve a estar dividido. El 40,2% gana menos del salario mínimo, mientras que 41,5% percibe más del SMLV.
En el medio, 15,5% se ubica exactamente en el nivel de referencia, confirmando que el salario mínimo continúa siendo un umbral determinante en el mercado laboral paraguayo, con un impacto directo en al menos la mitad de la población asalariada.
Estructura por deciles
En cuanto a los ingresos del sector privado, dividiendo la población en deciles de ingreso, se confirma que la distribución salarial es altamente desigual.
En el primer decil (D1), el 88% de los trabajadores gana menos del SMLV y solo 5% está por encima.
En el segundo decil (D2), aunque la situación mejora levemente, el 72% sigue por debajo del mínimo legal.
A partir del tercer decil (D3) se inicia una progresión donde disminuye la proporción de trabajadores con ingresos inferiores al SMLV: 62% en D3, 56% en D4 y 50% en D5. Sin embargo, incluso en la mitad de la distribución, la mitad del sector privado aún no alcanza el salario mínimo, lo que refleja una estructura salarial comprimida hacia la base.
La tendencia cambia con más claridad desde el sexto decil (D6), donde el porcentaje de trabajadores con ingresos superiores al salario mínimo sube a 30%, llegando a 36% en D7, 41% en D8, 49% en D9 y finalmente 68% en el decil de mayores ingresos (D10).
En conjunto, los datos evidencian que la estructura salarial paraguaya mantiene fuertes contrastes entre sectores y niveles de ingreso.
El sector público se muestra más alineado con la normativa, mientras que el empleo doméstico y los primeros deciles del sector privado concentran la mayor vulnerabilidad. Además, de evidenciar que el salario mínimo sigue siendo un instrumento importante para ordenar el mercado laboral, aunque aún persistan amplias brechas que requieren políticas focalizadas para su corrección.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones
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