¿Cómo enfrentar la ansiedad y depresión en diciembre en Ecuador?

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Giovanni Astudillo

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La salud mental en Ecuador atraviesa un momento crítico marcado por un aumento sostenido de ansiedad y depresión, condiciones que hoy representan un desafío de salud pública.

Según datos oficiales, solo en 2024 se registraron 226 871 consultas por ansiedad y 128 880 por depresión, evidenciando un deterioro del bienestar emocional que impacta a personas, familias y entornos laborales.

Esta problemática se agrava cuando se analizan los factores psicosociales, el estrés cotidiano y la limitada atención especializada disponible en Ecuador.

Emergencias por suicidio y una alerta nacional​


El incremento de emergencias por suicidio en Ecuador refuerza la urgencia de actuar. Entre enero y septiembre de 2025, el ECU 911 atendió 989 casos relacionados con suicidios e intentos, una cifra que revela la fragilidad emocional de amplios sectores de la población.

La prevención del suicidio, el acceso oportuno a servicios de salud mental y la reducción del estigma son hoy estrategias clave para contener una crisis que no distingue edad ni condición social.

Diciembre: un mes de alta sensibilidad emocional​


La salud mental en diciembre adquiere especial relevancia por tratarse de una época de contrastes emocionales.

Las celebraciones de fin de año, el balance de metas no cumplidas y la presión social por mostrar felicidad pueden intensificar la ansiedad estacional y los síntomas depresivos.

Este contexto convierte a diciembre en un periodo de alta vulnerabilidad emocional, donde la gestión adecuada de expectativas resulta fundamental para evitar crisis personales.

Estrategias para cuidar el bienestar emocional​


Ante este escenario, Laboratorios Bagó impulsa la conciencia sobre el bienestar emocional, promoviendo herramientas basadas en la Terapia Cognitivo-Conductual y el Mindfulness.

Entre las recomendaciones destacan la gestión de límites y expectativas realistas, el anclaje en el presente mediante respiración consciente y el fortalecimiento de vínculos significativos, priorizando la calidad del contacto humano sobre la cantidad.

Estas prácticas ayudan a reducir el estrés, mejorar la regulación emocional y prevenir el agotamiento mental.

Prevención y búsqueda de ayuda profesional​


Si bien el autocuidado es esencial, la prevención del suicidio en diciembre exige atención inmediata ante señales de alerta como el aislamiento, la desesperanza o el consumo problemático de sustancias.

La intervención profesional en psicología y psiquiatría, así como el acceso a líneas de emergencia, sigue siendo la vía más segura y responsable para proteger la vida.

Promover entornos laborales y sociales empáticos fortalece una cultura de salud mental más consciente y solidaria durante todo el año.

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